El vigente finalista de las Finales ATP, al que solo el incontestable Jannik Sinner pudo dominar en Turín, ganó el primer punto para Estados Unidos y lo hizo con un nivel inmaculado desde el saque. Le fue imposible a De Miñaur imposible ganarle el servicio al jugador de Rancho Sante Fe, California.
Fritz no dio manga ancha a su par desde un inicio dominante, e incluso dejando cierta sensación de estar aún entrando en calor. Un 3-0 inicial dejaba frío a Alex de Miñaur, incapaz de igualar el ritmo de golpes del estadounidense.
Se sentía algo oxidado su saque, y su estado emocional necesitaba un cambio drástico. Dos gritos de “¡Vamos!”, en perfecto español por sus raíces -padre uruguayo y madre española-, le ayudaron a emprender el vuelo (4-2).
No lo lograría, porque Fritz es una máquina de lanzar pelotas al saque y también suelta trallazos de derecha cuando toca. Sin estridencias ni espectacularidad, pero con eficacia matemática y contundencia casi natural, el californiano fue una apisonadora hasta el 6-3, en media hora de juego.
De Miñaur trató de levantarse del golpe directo a la mandíbula. Es un jugador siempre competitivo en Copa Davis: había ganado quince de sus 22 partidos con Australia en la competición desde que debutó en 2022, y el año pasado jugó la final, claudicando ante el número uno actual Sinner.
En el segundo tramo del partido, el oceánico respondió con rotura (2-0), pero ante un tipo que saca a 220 kilómetros por hora y que no es número cuatro del mundo por casualidad, es difícil distanciarse.
El hispano-australiano llegó a salvar tres bolas de ‘break’ para el 4-3, pero no lo dio continuidad. Fritz sacó la garra para dar otro zarpazo, romperle el saque en el noveno juego y ponerle la guinda final (6-4) tras hora y diez de duelo.
Con el primer punto del australiano Thanasi Kokkinakis y este último del estadounidense Taylor Fritz, la eliminatoria entre Australia y Estados Unidos deberá decidirse en el partido de dobles.