Perico, un niño de 12 años de la ciudad de Sevilla, padece un oseosarcoma, y José María, de 17 y de Ceuta, sufre un linfoma No Hodgkin. Ambos heredaron de sus padres y abuelos su afición por el tenis y su máxima ilusión era conocer a Nadal, sobre todo durante los largos meses de lucha en los que tuvieron que dejar de jugar.
La Fundación Pequeño Deseo, en colaboración con la Junta de Andalucía, el ayuntamiento de Sevilla, y la Federación Internacional de Tenis, pudieron hacer realidad el sueño de ambos niños antes de que Rafael Nadal dispute la última competición de su exitosa trayectoria profesional en el pabellón Martín Carpena de Málaga.
Los niños vieron entrenar a sus ídolos, conversaron con ellos al finalizar y se fotografiaron juntos para inmortalizar el momento.