La española, otrora número dos del mundo, tiene la posibilidad de alcanzar otra final en este 2024 tras la de Washington, que ganó para elevar a cuatro los éxitos en su carrera.
Badosa, ahora ubicada en el decimoquinto lugar a la clasificación mundial por primera vez desde enero de 2023, ya tiene garantizado el duodécimo lugar. Se enfrenta a Kasatkina, undécima, que ganó a la kazaja Yulia Putintseva por 6-4, 1-6 y 7-6(6).
Si la española gana el torneo volverá a situarse entre las diez mejores del mundo y con la posibilidad de acudir a las Finales WTA como reserva. El cartel de la cita de Arabia Saudí ya está cerrado, pero Badosa puede ir como suplente y tener opción de jugar. Todo ello con el torneo de Tokio por jugar antes del colofón de Riad.
La del torneo de Ningbo, el penúltimo WTA 500 de la temporada, es la segunda semifinal que Badosa disputa en la gira asiática después de la que jugó en el Abierto de China a comienzos de octubre, en la que perdió ante la estadounidense Coco Gauff.
Badosa y Kasatkina se han medido en cinco ocasiones, con tres victorias para la rusa (el tercero, en Adelaida, por incomparecencia) y dos (los últimos) para la española.
Por el otro lado del cuadro, la joven rusa Mirra Andreeva ganó a la checa Barbora Krejcikova por 7-6 (5), 3-2 y abandono por una dolencia en la cadera derecha. La centroeuropea es una de las jugadoras que cuenta con plaza para las Finales como ganadora de Wimbledon.
Andreeva, pupila de Conchita Martínez, se enfrentará a la checa Karolina Muchova, que remontó ante la rusa Anna Kalinskaya, séptima cabeza de serie, y ganó por 2-6, 6-2 y 6-3.