La advertencia del murciano no eran meras palabras pasajeras propias de la escenografía del acto, sino toda una declaración de intenciones. Y esas palabras han sido traducidas en hechos contundentes.
Y eso que su primera aparición en el Uber Arena de Berlín, en pareja con el alemán Alexander Zverev, no salió como hubiera deseado. La falta de química en un dúo que se formaba por primera vez lastró sus opciones de iniciar el torneo de bloques continentales con un triunfo que fue a parar a la dupla norteamericana Ben Shelton y Taylor Fritz.
Pero, como dice el murciano, el tenis permite revancha de una semana para otra, aunque en esta ocasión no tuvo ni que esperar un día para empezar a cobrarse la deuda ante ambos estadounidenses.
El sábado arrancó a emitir síntomas de clara mejoría para anular el poderoso golpeo de Shelton y equilibrar para Europa por primera vez el marcador de la Copa Laver. Sus compañeros de equipo no siguieron su ejemplo y el Viejo Continente claudicó en los otros tres envites de la segunda jornada.
Con el marcador 8-4 para el combinado de McEnroe, Borg optó por sacar el domingo a Carlos desde el principio en el dobles, confiando en que su sintonía con Casper Ruud fuera mejor que con el germano. De nuevo con Shelton delante, pero con Frances Tiafoe de pareja, el de El Palmar se combinó de maravilla con el noruego para superar a la nueva dupla norteamericana y volver a apretar el cómputo global para Europa.
El ruso Medvedev no cumplió de nuevo con su parte del trato ante el exhausto jugador de Atlanta en el choque posterior y el conjunto europeo volvía a estar al borde del abismo.
Zverev, dispuesto a redimir su pobre actuación durante todo el fin de semana, obró el milagro ante Tiafoe para comenzar a fraguar una remontada estratosférica que estaba llamado a culminar el genio español.
Ante Fritz, en la confrontación final y con toda la grada volcada con el número 3 del mundo -de largo el jugador más ovacionado por el público durante todo el torneo-, Carlos volvió a exhibir ese mágico tenis que le catapultaron a ser el más joven en ascender hasta la cúspide del deporte de la raqueta.
El capitán Bjorn Borg alucinó desde el banquillo con su jugador estrella. Aquel que por momentos le recordó a él. Aquel que está escribiendo su propia leyenda. Aquel que protagonizó un debut soñado en la Copa Laver. EFE.
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