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“Cuando he empezado a sufrir físicamente, él ha empezado con calambres. Las condiciones eran brutales”, comentó el ruso y tercer cabeza de serie tras la conclusión del partido.
El tenista germano consiguió dar en la tecla para desquebrajar el plan táctico al resto del moscovita, que se coloca muy detrás de la línea de fondo, al apoyarse numerosas veces en el clásico saque de zurdo cortado abierto, que obligó al ruso a reajustar su posición.
Sin embargo, su brillo se apagó porque su inexperiencia en este tipo de escenarios no le ayudó a la hora de manejar la situación con condiciones extremas como la de este lunes.
Sus movimientos se deterioraron y Medvedev le castigó con unas dejadas sin respuesta que acabaron con la paciencia de un francés que decidió tirar la toalla ante su precaria condición física.
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Su próximo rival será el finlandés Emil Ruusuvuori o el estadounidense invitado Patrick Kypson, y el ruso tendrá la oportunidad de igualar su marca de la edición pasada.
Por su parte, el griego tampoco tuvo un arranque agradable ante el belga Bergs después de que “tuviera uno de los porcentajes más bajos de primeros servicios de su carrera durante el primer set”, como el mismo aseguró durante la entrevista a pie de pista.
“Fue inesperado. Cosas como estas son peligrosas, cuando te preparas para un tipo de rival y luego te enfrentas a otro. No fue fácil. La determinación y el brillo en el segundo set me ayudó a darle la vuelta”, comentó el heleno sobre el cambio de rival que tuvo después de que el italiano Matteo Berrettini se bajara de la competición este domingo por un problema en el tobillo.
El vigente finalista, que tan sólo cayó en una ocasión en primera ronda en Melbourne (2018 vs Denis Shapovalov), se enfrentará en la próxima ronda al ganador del duelo ‘aussie’ entre Jordan Thompson y Aleksandar Vukic.