Aunque la precocidad de Alcaraz es insuperable -es el número 1 del mundo más joven de la historia de la ATP-, Rune no se queda tan atrás. Finalista en el ATP-500 de Basilea, este año se ha embolsado Estocolmo y Múnich.
Profesional desde 2020, logró unos cuartos de final de un Grand Slam el pasado mayo en el Roland Garros, torneo en el que cayó en un tenso y polémico duelo nórdico ante el noruego Casper Ruud, finalista de aquella edición. Entre medias, Rune había dejado en la cuneta a un top 10 como el griego Stefanos Tsitsipas, finalista en la arcilla parisina en 2021.
Inseparable de su madre, Aneke Rune, y formado en la academia del mítico Patrick Mouratoglou, el ganador del Roland Garros juvenil de 2019 acaba de eliminar en el París-Bercy con autoridad a otro jugador del top, el ruso Andrey Rublev.
Seis días más tarde que Rune (nacido el 29 de abril de 2003 en Gentofte), y a casi 2.700 kilómetros de distancia, vino al mundo un 5 de mayo de 2003, en el Palmar (Murcia), Carlos Alcaraz, el tenista más precoz de la historia en llegar a la cima.
Número 1 del mundo desde el 12 de septiembre de 2022, un día más tarde de ganar el US Open, suma ya seis títulos como profesional, entre los que destacan, aparte del Grand Slam estadounidense, otros dos Masters 1.000 logrados este año en Madrid y Miami.
El murciano, beneficiado por la derrota de su compatriota Rafa Nadal, podría asegurar su número 1 en 2022 sin esperar a las Finales ATP de Turín si vence en el París-Bercy que termina el domingo.
Los cuartos de mañana hacen historia en los Masters 1.000.
Desde que jugasen en Miami en unas semis Djokovic y Murray (victoria del serbio), entonces los dos con 19 años, no había habido dos jugadores tan jóvenes en una ronda de cuartos, semifinales o final de un ATP 1.000.
El histórico entre Alcaraz y Rune sonríe al español. Se han enfrentado una sola vez, aunque fuera del circuito principal de la ATP. Fue en 2021 en las Finales Juveniles de la ATP disputadas en Italia. Alcaraz venció en tres mangas.