El día más negro de Nalbandian

Manuel Sánchez GómezLondres, 17 jun (EFE).- Con 3-4 en contra en el segundo set, a David Nalbandian se le cruzó un cable. Era la final de Queen's 2012 y el argentino, en un ataque de rabia, destrozó de una patada una de las cajas que protegen a los jueces de línea. El golpe, que dejó dolorido y con sangre al árbitro, le valió la descalificación y uno de los momentos más negros de su carrera. Nunca volvió a Queen's.

/pf/resources/images/abc-placeholder.png?d=2074

Los protagonistas de esta historia, ocurrida hace diez años, fueron Nalbandian, Marin Cilic, su rival aquel día, Fergus Murphy, el juez de silla que le descalificó, y Andrew McDoughall, el árbitro que recibió la patada. Aquella tarde del 17 de junio de 2012, unas 6.000 personas se dieron cita en la pista central de Queen's para una final entre dos tenistas muy diferentes; un cañonero en ciernes como Cilic, que dos años después ganó el US Open, y un Nalbandian en los últimos meses de su carrera. De hecho, aquella fue su penúltima final antes de retirarse.

El argentino fue de los que aprovechó la ralentización de las pistas de hierba desde 2001 en adelante, cuando Wimbledon cambió el compuesto que utiliza para la superficie, y jugó (y perdió) la famosa primera final de Wimbledon entre dos tenistas de fondo. Esa que se quedó Lleyton Hewitt en 2002. El tenista argentino con mejores resultados en pasto desde Guillermo Vilas volvió a una final diez años después, y el resultado fue una catástrofe.

Nalbandian, que venía en caída libre con derrotas en primera ronda de Madrid, en segunda de Roma y en su debut en Roland Garros, iba por delante en la final del torneo londinense. Se apuntó el primer set en el 'tie break' y marchaba 3-3 con saque en el segundo. Podía ser su primer triunfo desde Washington 2010 y el primero para el tenis argentino en césped desde que Javier Frana triunfó en Nottingham 1995.

Pero llegó la desconexión. De hecho, dos puntos antes ya se mascó el drama cuando el argentino tiró en dos ocasiones la raqueta contra la hierba y se puso a gritar. Sin embargo, el momento que cambió el partido llegó con 3-3 y 15-40. Dos pelotas de rotura para Cilic, que convirtió la primera con una derecha cruzada que no pudo devolver el argentino. Nalbandian, tras no meter la bola, tardó una décima de segundo en lanzar una patada contra el panel de madera que protegía al juez de línea. Ni siquiera miró, solo tiró la patada. Y comenzó el caos.

McDoughall lanzó un chillido de dolor y se levantó el pantalón, mientras un hilillo de sangre caía por su pierna. Murphy, el juez de silla, llamó al supervisor de la ATP y Tom Barnes se personó en la pista. Cilic, aún recuperándose del esfuerzo del 'break', miraba atónito desde su silla, mientras Barnes, Nalbandian y McDoughall conversaban, con este último reprochándole al tenista su ataque.

Tras un diálogo que duró apenas un par de minutos y con McDoughall camino de vestuarios para limpiarse, Murphy confirmó por megafonía que Nalbandian era descalificado por conducta antideportiva. Asomaron unos tímidos aplausos, que pronto se convirtieron en abucheos, porque la final se terminó.

En un ambiente tenso, con Cilic sin saber cómo reaccionar y con Chris Kermode, entonces director del torneo y desde 2014 hasta 2019 presidente de la ATP, dialogando con Nalbandian, la gente se parapetó en la pista y se negó a irse, mientras se preparaba la ceremonia de entrega de trofeos.

"En respeto a las normas, hemos tenido que descalificar a David por lesionar a un juez", dijo Kermode en la BBC. "A David le está costando asimilarlo", agregó, mientras Nalbandian se hundía en su banco.

"Siento que esto haya tenido que terminar así", aseguró Cilic, con el séptimo trofeo de su carrera levantado entre los abucheos del público.

Nada más terminar el croata, deseoso de salir de esa situación, apareció ante el micrófono de Sue Baker, legendaria comentarista de la BBC que se retirará este año, Nalbandian, entre aplausos y con un discurso lleno de dardos.

"Lo siento. A veces me frustro y cometo errores", dijo el argentino, que apuntó a la ATP. "A veces la ATP nos mete mucha presión con todos los torneos que tenemos que jugar. Hay muchas reglas y la ATP muchas veces no hace nada. La ATP comete muchos errores hacia los jugadores y no pasa nada. Yo cometo uno y me echan", sentenció el argentino.

Kermode, años más tarde, admitió que intentó que el partido no se suspendiera, por el bien del público, y recordó, en una conversación con el Daily Mail, que hubo presiones por parte de los patrocinadores para que la final no terminara de aquella forma. "Sin embargo, al día siguiente estábamos en todas las televisiones", reconoció.

Nalbandian, que perdió sus cinco siguientes encuentros después de eso, se retiró en marzo de 2013 tras el Masters 1.000 de Miami. Nunca volvió a jugar en Queen's. McDoughall, el hombre que recibió la patada, siguió ejerciendo de juez de línea, pero nunca le han permitido volver a hablar del incidente.

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...