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Rafael Nadal y Alexander Zverev jugaban un partidazo hasta que el alemán cayó al suelo después de doblar el tobillo derecho. El tenista de 25 años no pudo hacer pie por el dolor y hasta fue asistido en silla de ruedas para abandonar el campo. Sin poder seguir y anunciando el retiro del partido, el español aseguró un lugar en la final del Roland Garros.
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Con el 7-6 (10/8) en el primer set a favor de Nadal y bola para el español para forzar el tie break en el segundo, Zverev corrió por una pelota y al deslizar el cuerpo sobre la arcilla, torció el tobillo derecho, y con evidentes gestos de dolor abandonó la pista: posteriormente regresó con muletas para comunicar al juez de silla que no podía continuar.
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Fue el triste cierre de un partido durísimo, que tenía tres horas y todavía estaba en el segundo set, pero a la vez muy extraño, sobre todo en el segundo, cuando ambos jugadores cometieron numerosos errores, impropios de una semifinal de Grand Slam. “Estoy muy triste por él. Estaba jugando muy bien”, expresó el balear al canal oficial del certamen.
“Sé lo mucho que está luchando por ganar un Grand Slam y no podrá ser esta vez para él desgraciadamente, pero estoy convencido que ganará más de uno, porque es un gran jugador, uno de los rivales más duros del circuito”, añadió Nadal, quien enfrentará al vencedor del duelo entre el noruego Casper Ruud (N.89) y el croata Marin Cilic (N.23) .