Barty, 25 años, es la número 1 del ranking desde el 24 de junio de 2019, pero solo cuenta en su palmarés con un título de Grand Slam, precisamente el Roland Garros que le sirvió para encabezar la clasificación mundial. Después sufrió una eliminación prematura en Wimbledon (octavos) y prefirió quedarse en Australia durante la pandemia del covid-19, sin competir en 2020 para no tener que someterse a las duras burbujas sanitarias impuestas en el regreso a la actividad.
Comenzó 2021 como un tiro, con tres títulos (Yarra Valley, Miami y Stuttgart) , una final (Madrid) , un cuarto de final en el Abierto de Australia, pero tuvo que retirarse de Roland Garros por dolores en la cadera. No volvió a jugar desde su marcha del torneo parisino hasta el inicio de Wimbledon, pero en Londres ha demostrado mucha ambición y, sobre todo, una gran capacidad para jugar al alto nivel.
“No me falta preparación en absoluto. Es solo que mi preparación ha sido diferente, única”, aseguró durante el torneo, aunque admitió que nunca hubiese podido imaginar poder jugar la final de Wimbledon cuando tuvo que retirarse en París.
Disfrutar en la pista
¿Uno de sus secretos? Disfrutar en la pista, sin importar lo que hay en juego. “Me entreno tanto para vivir estos momentos, que también es importante disfrutarlos”, dijo tras eliminar a la alemana Angelique Kerber en semifinales el pasado jueves. “Jugar esta final será la experiencia más grande de mi vida”, añadió la australiana.
Seguramente, esas palabras podrían haber salido de la boca de Pliskova, una tenista que llegó a ser número 1 mundial en 2017, pero que no cuenta con ningún título de Grand Slam y que hasta ahora sólo había disputado una final en un ‘grande’ (Australia en 2016).
Pliskova, además, se presentó en Londres sin resultados destacados en muchos meses: ninguna victoria en hierba en 2021 (con eliminaciones en primera ronda en Berlín y Eastbourne) ; una sola final disputada esta temporada en Roma (tierra), pero perdida por un doble 6-0; sin ganar a una Top 15 desde que derrotó a Naomi Osaka (4ª) en Brisbane en enero de 2020 y sin pasar de octavos de final de un Grand Slam desde Australia-2019.
“No había jugado bien en las semanas previas a Wimbledon, así que ahora me siento como en un sueño. Siempre pensé que en algún momento recuperaría mi juego y estoy muy contenta de que eso ocurra ahora” , comentó tras clasificarse para semifinales.
“Es una locura... hasta ahora no había pasado los octavos de final”, añadió la checa de 29 años una vez superado el obstáculo de Aryna Sabalenka y sellado el pase a la final, donde no podría tener mejor rival: “¡Siempre quieres jugar contra la mejor en la final!”.
La australiana ha ganado los tres últimos duelos entre ambas, aunque la última vez que se enfrentaron en hierba ganó la checa (2016). “Puede pasar cualquier cosa”, augura la europea.