Serena Williams, una veterana en plena forma

MELBOURNE. A sus 39 años, Serena Williams parece haber recuperado la forma en sus desplazamientos sobre la pista y está a apenas dos victorias de ganar el Abierto de Australia e igualar así el récord absoluto de títulos del Grand Slam, un objetivo que persigue en los últimos años.

Serena Williams.
Serena Williams.DEAN LEWINS

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Cuando le preguntaron el martes en conferencia de prensa, tras ganar a la número dos mundial Simona Halep en cuartos, cuándo se había sentido tan cómoda moviéndose por la pista, la tenista estadounidense optó por bromear: “Creo que fue en el verano de 1926”.

Con su movilidad recuperada y con ella la buena forma física, Serena Williams apunta alto en Melbourne, aunque el jueves tendrá una ‘final anticipada’ ante la japonesa Naomi Osaka en semifinales.

Si el sábado logra ser la campeona habrá igualado a Margaret Court, la mujer que en los años 1960-1970 ganó 24 ‘grandes’, una cantidad nunca alcanzada por ningún tenista.

“¿Si Serena se mueve mejor que el año pasado? Eso seguro. ¿Si se mueve mejor que los tres últimos años? Seguro”, resume su entrenador, Patrick Mouratoglou.

“Se ha preparado muy bien. Ha hecho un gran trabajo”, afirmó.

“Es algo en lo que hemos puesto el acento porque es una de la cosas más importantes en el tenis. Si vas con retraso a la bola ya no puedes hacer lo que quieres. A veces ni siquiera llegas a tocar la bola”, apuntó.

Círculo vicioso

“Y cuando no tienes un buen día necesitas un plan B. Para tener un plan B, tienes que ser capaz de moverte bien. Si no te mueves bien, no hay plan B. El único plan es atacar”, continúa.

“Creo que eso le costó varios partidos importantes en los dos o tres últimos años”, estima el emblemático técnico.

El regreso en 2018 después de ser madre no fue sencillo y la menor de las hermanas Williams ha tenido que luchar por recuperar la forma física y también contra las lesiones, con diversos problemas en distintas partes de su cuerpo.

Tanto tiempo de parón le impedía la continuidad necesaria para volver al nivel más alto.

“Es un círculo vicioso: cuando no puedes entrenarte bien, no estás en buena forma física. Cuando no estás en buena forma física, te lesionas más a menudo”, cuenta Mouratoglou. “Había que salir de ese círculo vicioso”, aseguró.

“En Roland Garros (finales de septiembre de 2020), su lesión (en el tendón de Aquiles) podía empeorar de verdad. Fue la decisión correcta decir stop e ir a curarse. Después de eso ha podido hacer el trabajo necesario para volver a estar en forma. Ahora estamos más bien en un círculo virtuoso”, celebra.

El enfado del US Open 2018

“Mi desplazamiento ha sido siempre uno de mis puntos fuertes. Estoy contenta de haberlo recuperado para mi juego”, constata por su parte la exnúmero uno mundial, actualmente undécima del ranking WTA.

Esa capacidad de moverse por la pista y la buena forma serán necesarias para ganar el jueves en semifinales a Naomi Osaka, la número tres mundial y la jugadora que hasta ahora ha impresionado más en esta edición en Melbourne.

Osaka fue la rival ante la que perdió la final del Abierto de Estados Unidos de 2018, recordada sobre todo por el enorme enfado de Serena Williams contra el árbitro del partido, que le costó recibir tres advertencias, la última de ellas sinónimo de un juego de penalización.

“Las dos hemos pasado página”, responde la estrella estadounidense al recordar aquel momento. “Ella es una gran competidora y una chica estupenda”, sonríe.

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