Tormentas anuncian un Masters entre vendavales

AUGUSTA NATIONAL. A pocas horas del inicio de la 81ª edición del Masters, las tormentas están regando las calles onduladas y los greenes endiablados del histórico recorrido de Augusta National.

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“Este campo mantiene a todos desequilibrados. No importa cuánto lo juegas o lo bien que lo juegas”, recordó el legendario golfista estadounidense Jack Nicklaus, ganador de seis Masters, y encargado de inaugurar la competición junto con el sudafricano Gary Player, que se mantiene en plena forma a sus 81 años.

Dentro de los prolegómenos de Augusta, Nicklaus y Player se unieron a otros 31 ganadores de la chaqueta verde del Masters para honrar la memoria de Arnold Palmer, leyenda del golf que falleció el año pasado, y compartir la copiosa y carnívora cena típica de Yorkshire elegida por el ganador de la edición de 2016, el inglés Danny Willett.

“Lamentablemente, después de escalar el Everest y plantar la bandera, tienes que bajarte o quedarte arriba, y es increíblemente difícil mantenerse en la cumbre todo el tiempo”, dijo Willett acerca de los meses de altibajos posteriores a su primera victoria en un grande.

Cuatro victorias en el Masters garantizan un sitio en la mesa al estadounidense Tiger Woods que, sin embargo, no podrá competir por segundo año consecutivo cuando se cumplen dos décadas de su primera victoria en Augusta. Una prolongada lesión de espalda de la que no termina de recuperarse ha propiciado su descenso desde la cumbre del golf mundial.

“Siempre he lidiado bien con los contratiempos y las pérdidas”, dijo el número uno del mundo, el estadounidense Dustin Johnson, ganador de su primer grande, el Open de Estados Unidos, en 2016, tras un retiro temporal para superar sus adicciones y varias decepciones en los últimos compases de los grandes torneos.

Después de la remontada en el ránking mundial, llega a Augusta como claro favorito y con la lección aprendida. “Es un campo complicado. Todo lo que tienes en la bolsa tiene que funcionar para jugar bien aquí”, dijo Johnson.

Para conquistar su segundo grande, “DJ” tendrá que medirse con rivales de la talla del joven estadounidense Jordan Spieth, ganador de la chaqueta verde en 2015. “Para mí es una ventaja poder jugar un golf de sensaciones y menos técnico”, dijo el tejano de 23 años sobre su estrategia para un Masters que se le escapó de las manos en los últimos compases hace un año.

“La presión es diferente en comparación con años anteriores, especialmente cuando acababa de ganar dos majors”, dijo el norirlandés Rory McIlroy, predecesor de Dustin Johnson en la cumbre del golf mundial. Con una victoria en el Masters, McIlroy completaría su colección de grandes ganados, el Abierto de Estados Unidos, el Abierto Británico y el Campeonato de la PGA.

McIlroy saldrá a jugar con el debutante español Jon Rahm, que se ha colocado entre los mejores del mundo en cuestión de meses. “El año en que nací (1994) ganó José María Olázabal y Severiano Ballesteros ya había ganado dos veces. Augusta parece propicio para la manera de jugar de los españoles”, dijo el golfista vasco acerca de sus compatriotas.

Rahm, que se estrena en el Masters entre los favoritos tras una escalada vertiginosa al duodécimo puesto del ránking mundial, se ha apoyado también en los consejos y la experiencia del hermano de su entrenador y agente, el veterano estadounidense Phil Mickelson.

“Me gusta el clima que vamos a tener, porque va a hacer que los fallos de todos sean más graves, y voy a intentar utilizar mis conocimientos y mis habilidades para evitarlos”, dijo Mickelson, tricampeón del Masters, acerca de las tormentas y las rachas de viento de más de 40 kilómetros por hora que agitarán los numerosos árboles de Augusta National durante los primeros dos días de competición.

“Yo diría que tiene más posibilidades de ganar este año de las que yo tenía cuando gané con su edad en 1986”, dijo Jack Nicklaus para confirmar la posibilidad de que el zurdo de 46 años se enfunde su cuarta chaqueta verde con ayuda de las inclemencias.

Otro veterano “chaqueta verde”, el bicampeón español Olazábal (1994 y 1999), que participa por vigésima octava vez en el Masters, advierte que el viento va a soplar para todos en Augusta: “Si hace mucho viento, esto es de locos, y una de las pruebas más difíciles del golf. Se te complica la vida de manera extraordinaria”.

 

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