Aunque la organización mantiene en secreto los detalles de la ceremonia de clausura, la directora del espectáculo, la escenógrafa Rosa Magalhaes, reconocida por su trabajo como directora de las mejores escuelas de samba del país, adelantó hoy algunos detalles.
La fiesta comenzará con un viaje a los orígenes y dejará protagonismo a la “creatividad” de los brasileños, reveló al diario O Globo. El mensaje, por encima de todo, resumió, será “de alegría y de nuestra capacidad de superar adversidades sin perder el buen humor”.
“Vamos a seguir hablando del sentimiento de ser brasileño, a través de la capacidad de crear y construir con sus propias manos”, añadió Magalhaes. Para ello, recurrirá a la música, la coreografía, la samba, el carnaval y otras “sorpresas” que no quiso adelantar.
Rosa Magalhaes dirigió la ceremonia de apertura de los Juegos Panamericanos de Brasil en 2007 y fue reconocida con un Emmy por su trabajo. Los Juegos se inauguraron el pasado día 5 con una vistosa ceremonia dirigida, entre otros, por el realizador Fernando Meirelles, que repasó la historia del país y concedió protagonismo a la música brasileña, desde la bossa nova a la samba sin olvidar el funk.
Tras la ceremonia, el presidente interino, Michel Temer, inauguró formalmente los Juegos en medio de un sonoro abucheo en Maracaná. Temer, que sustituye desde el pasado mayo a la presidenta Dilma Rousseff, apartada temporalmente del poder por el Congreso, no ha vuelto a aparecer en los Juegos de Río pero eso no ha evitado los abucheos en su contra en algunas de las competencias e incluso en el parque olímpico.
El presidente interino adelantó el lunes que no asistirá a la ceremonia de clausura, el próximo día 21. Apenas unos días después, el 25, está prevista la etapa final del juicio político contra Rousseff, quien, si finalmente es destituida, será reemplazada por Temer hasta el final del mandato que vence el 1 de enero de 2019.
Tanto Rousseff como su antecesor, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, han sido los grandes ausentes de los Juegos, aunque, en palabras de la presidenta, se consideran el “padre” y la “madre” de Río 2016. Lula, que logró que Río se adjudicara la Olimpiada en 2009, admitió el lunes que se ha sentido “olvidado” porque “no habría Juegos Olímpicos si no fuera por mí”.