Pistorius, atleta paralímpico de 26 años, está acusado de haber matado a su novia la modelo Reeva Steenkamp el pasado 14 de febrero, pegando cuatro tiros contra el baño adjunto a su dormitorio donde, según él, creía que se había escondido un ladrón.
El viernes el juez decidirá si le concede la libertad bajo fianza.
La policía confirmó mientras tanto que su investigador en jefe, Hilton Botha, está inculpado por siete tentativas de asesinato, a raíz de un tiroteo contra un taxi mientras se encontraba de servicio en 2011.
El caso había sido archivado y reabierto recientemente. Este jueves se designó un nuevo investigador en jefe, Vineshkumar Moonoo, a quien la jefa de la policía nacional, Riah Phiyega, presentó como “el más experimentado” del cuerpo policial.
“Es por el interés de la credibilidad de la justicia”, reaccionó la fiscalía.
Desestabilizado por el abogado de Pistorius, el temible penalista Barry Roux, que desmontó punto por punto la acusación, el policía Hilton Botha se ausentó este jueves en la audiencia, provocando una larga suspensión de la sesión. Además admitió públicamente los fallos de su investigación.
“Estoy seguro de que podría haberse hecho mejor”, reconoció.
La defensa de Pistorius destacó que los investigadores olvidaron protegerse los pies para caminar en la escena del crimen y verificar las llamadas de teléfono del acusado. Tampoco vieron un casquillo que cayó en el inodoro.
En cuanto a la tesis de una pelea entre Oscar y Reeva la noche del drama, “es pura especulación”, afirmó Barry Roux, incidiendo en las incoherencias de horarios que arrojan los testimonios de los vecinos.
El abogado añadió que si su cliente hubiera querido matar a su novia, “podría haberlo hecho en cualquier lugar”.
“No hay ninguna prueba de que sabía que Reeva estaba en el baño”, sostuvo.
Pistorius afirma que su novia se levantó en el momento en que él salió a buscar un ventilador en el balcón. Al volver al dormitorio, dijo haber escuchado ruido en el baño, y creyó que se trataba de un asaltante.
El atleta asegura que se dio cuenta de que Reeva estaba ahí dentro sólo después de disparar contra la puerta del baño.
El juez Desmond Nair, por su lado, prosiguió con sus preguntas.
El magistrado preguntó por qué Pistorius no se sorprendió por el silencio de Reeva cuando le pidió llamar a la policía para señalar el asalto.
También mencionó un incidente ocurrido en enero en un restaurante de Johannesburgo, en el que el atleta disparó en público.
“Hay pruebas de que el acusado intrigó después del disparo, pidiendo a otra persona que se responsabilizara” en su lugar, afirmó el juez.
La fiscalía retomó también su instrucción, destacando que “ningún tribunal podría creerse que Pistorius actuó en estado de legítima defensa”, y que el acusado estaba “dispuesto a disparar y quería matar”.
La fiscalía hizo valer la propensión a la violencia del atleta, descrito como un hombre ansioso, agresivo y aficionado a las armas.
También encontró sospechoso que el corredor se precipitara para agarrar su arma bajo la cama, pasando dos veces delante de donde se supone estaba durmiendo su novia, sin verla en ningún momento.
“Usted quería protegerla pero, ¿ni siquiera la mira?”, ironizó el fiscal.
El proceso sobre el fondo del asunto no tendrá lugar antes de varios meses. De momento, sólo se espera la decisión sobre la concesión o no de la puesta en libertad bajo fianza.
Varios patrocinadores decidieron prescindir del atleta, entre ellos Nike. El corredor, no obstante, se ha rodeado de profesionales de la comunicación que alimentan su sitio web con comunicados diarios y mensajes de apoyo.