La natación acapara la atención de la primera semana de los Juegos Olímpicos, a disputarse en el Parque Olímpico del 6 al 13 de agosto. Y todo el mundo está ansioso de ver el show que tiene preparado el nadador de 31 años antes del ahora sí esperado retiro.
El protagonismo lo compartirá con su compatriota Katie Ledecky, que con un oro en Londres a los 15 años comenzó a proyectarse como otra gran estrella de la natación de Estados Unidos, un país que históricamente domina el medallero en esta disciplina. Hoy con 19, lo quiere todo.
Los desafiarán sus siempre rivales australianos y también los chinos, que esperan mantener el segundo lugar en la competencia en Londres, con cinco oros. Y no faltarán los aplausos, claro está, para la delegación anfitriona que también apuesta por ver a algunas de sus estrellas arrebatar medallas, dar el batacazo, la sorpresa. Al fin y al cabo, Brasil es la potencia latinoamericana con más chances en la piscina.
Pheps tiene más medallas olímpicas que nadie: 22, de las cuales 18 son de oro. En Londres, las cuatro doradas y dos plateadas le dejaron un mal sabor de boca. Tenía el recuerdo de aquel maravilloso recuerdo en Pekín con ocho podios.
“Nunca quise el ’que hubiera pasado si...’”, dijo Phelps sobre su regreso triunfal, después de algunas polémicas, como su arresto en 2014 por conducir ebrio. “Tener la posibilidad de volver a enamorarme del deporte es algo que siempre quise”, añadió la estrella.
Y en su quinta cita olímpica, Phelps llegará a Río persiguiendo a nadadores mejor clasificados del mundo en cada uno de sus eventos individuales, como el japonés Kosuke Hagino en los 200m combinados y el húngaro Laszlo Cseh en los 100 y 200 metros mariposa. Pero a nadie sorprendería que toque primero la pared en Río y logre un retiro aún más dorado.
El oro en los 800 m libres de Londres 2012 fue sólo el comienzo para Ledecky, la chica prodigio de Estados Unidos.
En el Mundial de Kazán 2015 mostró su versatilidad, ganando los 200, 400, 800 y 1500 metros libres. Y en Rio podría igualar el récord que Debbie Meyer consagró en 1968 al ganar las tres primeras carreras (los 1.500 no son disputados por mujeres en Juegos Olímpicos).
“Espero una buena competencia y duras carreras, es para eso que me entreno todos los días, para estar en esas carreras y ser capaz de tocar la pared primero. Todos estamos compitiendo por el oro”, indicó en julio en una entrevista.
Entre sus principales rivales está una compatriota, Missy Franklin, de 21 años y ganadora de cuatro oros y un bronce en Londres. El equipo estadounidense vendrá a Río con 30 nadadores debutantes en Juegos, todos con chance de medalla.
El “vai Thiago!” (¡Dale, Thiago!) de Rose Vilela retumbará ahora en Río. Hace cuatro años fue en Londres con un resultado favorable. Su hijo Thiago Pereira ganó plata en los 400m combinados, dejando atrás nada más y nada menos que a Phelps (fue cuarto). Era un peso que se quitó de la espalda. En Rio tendrá un único chance, los 200m combinados, que disputa por cuarta vez con el estadounidense en la piscina.
El anfitrión Brasil, que ganó su único oro en natación con el ausente César Cielo, es el país latinoamericano con más chance de medalla. Sin Cielo, que no logró clasificar, Pereira y Bruno Fratus son las grandes promesas, junto a Etiene Medeiros y Ana Marcela Cunha. “Todos están dando lo mejor, la preparación es excelente”, dijo en una entrevista Fratus, que quedó fuera del podio británico por dos centésimas. En Río, tampoco lo tendrá fácil.