“Yo ya he terminado”, sentenció Phelps el jueves en París, dentro de su gira promocional, para cortar cualquier atisbo de rumor sobre una marcha atrás en su retirada.
Su contador de oros olímpicos quedará fijado en 23, lo que le convierte en el deportista con más títulos de toda la historia olímpica.
Toda una vida en el deporte de alto nivel hacía previsible que Phelps siguiera ligado a esa actividad una vez retirado. La transición la ha realizado en el mundo textil, ya que desde 2014 el estadounidense colabora con Aqua Sphere, fabricante de material de natación, en la concepción y elaboración de bañadores de competición.
“Se ha convertido en una pasión, a la que dedico mucho tiempo y energía”, explicó cerca de la piscina Molitor de París, sin abandonar su eterna sonrisa.
“Me gusta estar cerca del deporte, de la natación. Será así el resto de mi vida y me gusta que sea así”, afirmó.
En Rio, en agosto de 2016, consiguió cinco medallas de oro con su propia línea de bañadores, dejando su contador en 23 oros en un total de 28 preseas olímpicas.
“Una larga experiencia”
“Tenía más confianza en mi natación tras haber participado en la concepción de mis bañadores”, explica sobre esa vivencia del pasado año en Brasil. En 2012, después de los Juegos Olímpicos de Londres, anunció su retirada, pero dos años más tarde se volvió a pensar la cuestión y regresó a la competición.
Ahora espera aprovechar su “larga experiencia” para conseguir bañadores de competición que ayuden a los nuevos campeones.
En su día a día, Phelps tiene ahora reuniones en una sala de oficina “con un grupo de ingenieros y un equipo que realiza el diseño” de los productos. “Una experiencia loca”, admite.
“No tuve esta posibilidad antes, alguien escucha lo que tengo que decir sobre un producto o un bañador”, subraya.
En 2016 afirmó, sin dar nombres, que deportistas, sobre todo australianos, contaban con bañadores de su línea, pero que no podían llevarlos “porque su selección nacional tiene otra marca”.
“La tecnología y el deporte van a continuar creciendo”, vaticinó.
Su gran desafío a medio plazo son los Juegos Olímpicos de Tokio, para los que espera cumplir “el sueño” de que “algunos de los mejores nadadores lleven los bañadores” que él ha concebido. Para poder ser fuera de las piscinas tan grande como lo fue en el agua.