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Ni la torrencial lluvia ni el barro o los amenazantes rayos que surcaban el cielo consiguieron amainar al público que llegó en gran cantidad en la tarde del sábado al Parque Olímpico para asistir al encuentro más esperado por la afición paraguaya. En la inauguración oficial del Estadio “Héroes de Curupayty”, la selección paraguaya, Los Yakaré, recibía a su par de Argentina, Los Pumas.
Hay que dejar en claro las cosas. Es cierto que no se trataba del plantel principal completo del cuadro albiceleste, pero en la comitiva que viajó a Asunción para participar de la disputa del título de campeón de la Copa Consur estaban siete de quienes forman parte del plantel principal del equipo del vecino país ¿El resto? Jugando en las grandes ligas europeas.
Los Pumas volvían a tierras paraguayas después de 17 años y los locales –hinchas y jugadores- sabían que tenían enfrente a una selección que forma parte de la lista de los 10 equipos más poderosos de rugby. Habitualmente, los argentinos juegan contra rivales de la talla de los All Blacks de Nueva Zelanda, los Springboks de Sudáfrica o los Wallabies de Australia en el Championship; además desde el 2016 tendrán una franquicia que jugará en el Super Rugby, el campeonato profesional de este deporte más importante en el Hemisferio Sur.
Como decíamos, no todas las grandes figuras argentinas estuvieron presentes pues estaban jugando con sus respectivos clubes en Europa. Sin embargo, los que vinieron salieron a la cancha a jugarse hasta la última gota pues era de unas las últimas oportunidades de mostrarse ante el cuerpo técnico y ser tenidos en cuenta para el mundial que se disputará en Inglaterra y del que Paraguay quedó no muy lejos.
Así las cosas, una derrota por amplia diferencia era de esperarse.
Sin embargo, Los Yakaré, que regresaron a la zona A Sudamericana después de varios años, no estaban dispuestos a hacerles fáciles las cosas a sus rivales. Durante los primeros minutos, el representativo nacional consiguió cerrar bien las filas en la zona defensiva y trató de generar algunas jugadas en la ofensiva. Los Pumas demostraron la gran calidad que los caracteriza y no dieron posibilidad para que los paraguayos rompieran su buen esquema defensiva.
Y de pronto, la diferencia se comenzó a notar. Cuando Paraguay apretaba más, algunas corridas rápidas de los argentinos les permitieron comenzar a abrir una brecha que se fue ampliando. Al final del primer tiempo, el marcador ya estaba 36-0 a favor de los visitantes que desaprovecharon algunos remates después de los primeros tres tries.
En la complementaria, el cansancio pareció jugarle en contra a nuestros representantes que ya no conseguían adelantar las líneas para apretar arriba y debían aguantar como podían los embates de un cuadro argentino que por momento hacía parecer todo muy fácil.
El público sufría cada try visitante, pero no reprochó nunca nada a nuestros jugadores, consciente de la enorme diferencia que había entre ambos.
En los segundos finales, Los Yakaré conseguirían un sacrificado try. En medio del grito de “push, push”, un mol albirrojo empujó a Los Pumas y consiguió anotar. En tanta confusión, no se pudo siquiera saber bien quien fue el que había anotado. El penal también fue aprovechado por los nuestros y el público celebró a lo grande la anotación.
El resultado final fue 7-71 a favor de la visita. El público aplaudió de pie, bajo la lluvia, a un representativo paraguayo que dio la cara ante uno de los mejores equipos del mundo y al que se espera algún día podamos hacer verdaderamente frente.