“La rechazo de manera categórica. Rio ganó de manera limpia”, respondió Diack el lunes al ser preguntado por la información publicada por el diario francés Le Monde el 4 de marzo en referencia al pago de 1,5 millones de dólares de una empresa relacionada con un rico empresario brasileño por favorecer la candidatura de Rio para los Juegos de 2016.
Según Le Monde, la justicia francesa “dispone de elementos concretos que ponen en duda la integridad del proceso de atribución” de los Juegos a Rio el 2 de octubre de 2009 en Copenhague, donde se llevó a cabo la votación para atribuir los Juegos de 2016.
Según Le Monde, el 29 de septiembre 2009 (tres días antes de la votación) el empresario brasileño Arthur Cesar Menezes Soares Filho pagó 1,5 millones de dólares a Pamodzi Consulting, la empresa de Papa Massata Diack, uno de los hijos de Lamine Diack.
Otro pago de 500.000 dólares fue registrado a otra cuenta del hijo del expresidente de la IAAF en Rusia.
En esa época, Lamine Diack era presidente de la IAAF y miembro del Comité Olímpico Internacional (COI).
“Esta empresa (brasileña) era un cliente”, declaró, sin más detalles, Pape Massata Diack, que denuncia “acusaciones sin fundamento”.
“No puedo responder en la prensa a una investigación penal. Hay un encarnizamiento indigno creado alrededor de este caso cuando la investigación no es seria y no ha sido realizada de manera profesional y contradictoria”, añadió.
“Que vengan a Senegal a investigar y que yo pueda responder oficialmente en lugar de organizar filtraciones en la prensa”, solicitó Diack, exhibiendo documentos impresos en papel y en una tableta que presenta como contratos que le unían a la IAAF.
Papa Massata Diack, que fue consultor de márketing de la IAAF hasta 2014, también esta siendo investigado por el mismo caso que su padre, acusado de estar implicado en un vasto sistema de corrupción.
El hijo de Lamine Diack fue incluido el 17 de diciembre de 2015 por Interpol en la lista de personas más buscadas tras una orden de arresto emitida desde Francia por el caso en el que está siendo investigado el padre.
Actualmente se encuentra en Senegal, cuyo gobierno ha asegurado que no lo va a extraditar.
En cambio, Lamine Diack, de 83 años, está “secuestrado” en Francia y no se le autoriza regresar a su país. “Ni siquiera le quieren acordar la libertad provisional. Le quieren derrumbar psicológicamente”, critica Pape Massata.