La húngara Katinka Hosszu y los estadounidenses Tom Shields y Michael Andrews presentaron la demanda antimonopolio de acción colectiva la víspera después de que la FINA, con sede en Suiza, cerrara efectivamente un encuentro independiente en Italia, amenazando con prohibir a los nadadores de élite que participaron en la competencia olímpica.
La reunión, programada para fines de diciembre en Turín, Italia, fue coordinada por los organizadores de una Liga de Natación Internacional, propuesta que operaría fuera del control de la FINA y pagaría un premio mayor.
Shields, un medallista de oro olímpico, dijo que se unió a la demanda porque había soñado durante años con la expansión de la natación para incluir una liga profesional. “Ahora estamos más cerca que nunca de hacer realidad ese sueño”, dijo Shields. “Pero ese sueño está siendo bloqueado por la FINA”.
Los abogados de los demandantes dicen que los nadadores “creen que una liga profesional compensará a sus mejores atletas y los recompensará mejor por el duro entrenamiento y el sacrificio de toda una vida”.
Los abogados dijeron que la International Swimming League había presentado una demanda por separado contra FINA por su presunta “conducta anticompetitiva”.
Aunque ninguno cuestiona la autoridad de la FINA para operar como guardián de los Juegos Olímpicos, los abogados dijeron que la FINA “ejerce ilegalmente esa facultad para prohibir que los nadadores participen en eventos que no sean de la FINA o en cualquier evento que la FINA no haga”.