“Unos 1.000 deportistas rusos que compitieron en juegos de verano, invierno y paralímpicos fueron identificados como implicados o beneficiarios de las manipulaciones para ocultar pruebas positivas de dopaje”, sostiene el segundo informe de Richard McLaren, que acusó al Estado ruso de patrocinar el dopaje, presentado en Londres.
“Existen pruebas contundentes de un dopaje institucionalizado entre 2011 y 2015”, añade el documento.
En la conferencia de prensa tras la difusión del informe, McLaren insistió: “Se puso en marcha una conspiración institucional en los deportes de invierno y de verano con la participación del ministerio de Deportes y sus servicios como la agencia rusa antidopaje (Rusada)”, además de “los laboratorios antidoping de Moscú, al lado del FSB (los servicios secretos), con el fin de manipular las pruebas”.
Para manipular las pruebas antidoping, los rusos añadían Nescafé y sal a las muestras de orina, entre otros trucos, denunció el investigador. “El encubrimiento sistemático y centralizado para la manipulación del proceso de control evolucionó y mejoró durante el transcurso de su uso en los Juegos Olímpicos de verano de Londres 2012, los Juegos de la Universiada 2013, el Mundial de Atletismo de Moscú 2013 y los Juegos Olímpicos de invierno de Sochi 2014”, sostiene el informe.