El combate se efectuó en el estadio de fútbol del Vélez Sarsfield, de Buenos Aires, ante unos 40.000 espectadores.
La pelea fue dominada en el primer tramo por el argentino, se sobrepuso Murray y lo puso en aprietos con algunos golpes certeros que tuvieron el punto culminante cuando lo tumbó y obligó al árbitro, el italiano Massimo Barrovecchio, a efectuar la cuenta de protección.
La condición de zurdo de Martínez (72,300 kilogramos) pareció incomodar desde el comienzo a Murray (72,400 kg), que prefirió esperar, sin arriesgar nada, a que el campeón diera señales de su estrategia.
A partir del tercer asalto el argentino bajó su guardia y adoptó una actitud desafiante, con lo que invitaba al inglés, de manera infructuosa, a dar un paso adelante. Murray, entonces, con escasos lanzamientos de golpes, intentó acortar las distancias físicas con su rival.
Cambió el británico en la cuarta vuelta, cuando comenzó a hacer sentir algunos de sus golpes y a neutralizar la movilidad de Martínez, que acusó un golpe bajo tras el cual las acciones se interrumpieron durante un minuto.
“Murray tiene hambre de gloria, fortaleza física y juventud. Eso es lo que yo tengo que superar”, había dicho el bonaerense -ocho años mayor que su adversario- durante la semana.
El ataque de Murray se hizo más intenso, Martínez siguió con su táctica de provocarlo con la guardia baja y, por un par de aciertos de aquel en ataque, sufrió un corte en la ceja izquierda.
El argentino, malparado, recibió un zurdazo de su rival en el octavo asalto, cayó a la lona y escuchó una cuenta de protección de ocho segundos. La multitud, estremecida, hizo silencio.
Pero el campeón se recuperó, levantó un poco más su guardia e hizo perder la iniciativa a Murray con golpes largos y retrocesos cortos para esquivar sus respuestas. En los cambios de golpes, el inglés era más efectivo. Martínez se movía de manera constante e intentaba imponer su experiencia.
En la vuelta final, con las cuentas emparejadas, un golpe preciso podía valer un título. “Maravilla” acertó más que Murray, lo dejó sin aliento y lo tuvo cerca del “nocaut”. Ganó por escaso margen, pero sin dudas.
La multitud presenció el combate agradecida de que los organizadores dispusieran su adelantamiento horario y la reprogramación de las peleas previas, debido a que, según los pronósticos meteorológicos, las condiciones climáticas iban a empeorar más tarde.
El cuadrilátero y los asientos más cercanos estaban cubiertos. En los graderíos, a cielo abierto, los aficionados brincaban y cantaban “y ya lo ve, y ya lo ve, el que no salta es un inglés”, sin otras expresiones contra los británicos de parte de la multitud.
Murray, campeón interino de la AMB, perdió su condición de invicto en 27 combates. Martínez, que ganó la corona en septiembre pasado ante el mexicano Julio César Chávez júnior, terminó lesionado en una mano, y su asesor, el uruguayo Sampson Lewkowicz, dijo que no volverá a combatir hasta 2014.