Tras reunirse hoy con responsables de la policía de Londres para revisar el programa de seguridad de la prueba, el director ejecutivo del maratón, Nick Bitel, afirmó que los planes para disputar la carrera este fin de semana continúan inalterados.
“El apoyo que hemos recibido de todas las partes implicadas, incluido el mundo del atletismo, ha sido extraordinario. Contamos con el pleno apoyo de la policía de Londres, la alcaldía y otras autoridades”, señaló Bitel.
Dos explosiones cerca de la línea de meta del maratón de Boston causaron ayer tres muertos y más de 170 heridos, 17 de ellos en estado crítico.
“Queremos que los corredores, los espectadores, los voluntarios y cualquiera que esté relacionado con al prueba esté seguro de que estamos haciendo todo lo necesario para asegurar que el maratón transcurrirá sin incidentes y que será un éxito rotundo”, dijo el responsable de la prueba.
Esta mañana, el Palacio de St. James confirmó que el príncipe Enrique, nieto de la reina Isabel II de Inglaterra, estará presente el domingo en la línea de meta para entregar las medallas a los ganadores de las distintas categorías.
La atleta británica Paula Radcliffe, por su parte, expresó su confianza en el programa de seguridad de Londres, si bien declaró a la cadena BBC Radio 5 que tendría dudas sobre si querría que su familia estuviera entre el público si ella tuviera que competir.
“Pensaría en primer lugar como una madre y, dada la situación, me pensaría más si querría llevar a mi familia a la línea de meta”, afirmó la actual plusmarquista mundial de maratón, de 39 años y que lleva ocho meses sin competir por una lesión.
“Tú puedes ponerte en riesgo, pero poner a tu familia en esa situación es algo que la gente va a tener que pensar”, señaló Radcliffe, que subrayó que tiene “toda la confianza en que los organizadores y la policía de Londres no dejarían que la carrera se celebrara sin haber hecho todo lo posible” para mantener la seguridad.
El secretario de Estado británico para el Deporte, Hugh Robertson, indicó por su parte que el Gobierno está convencido de que es seguro que se dispute la prueba.
Celebrar el maratón según lo previsto “es una de las mejores formas de expresar nuestra solidaridad con Boston y enviar un claro mensaje a los responsables” de las explosiones, afirmó Robertson.