El paso atrás de la capital húngara reduce la lucha por la edición de 2024 a un 'tie break', sin partido previo, entre París y Los Ángeles, dos ciudades con proyectos muy potentes ante las que Budapest tenía escasas opciones.
Se repite la historia de hace dos años, cuando los miembros del COI solo tuvieron un par de cartas, Almaty (Kazajistán) y la ganadora Pekín, para asignar los Juegos de Invierno de 2022. Lejos quedan los tiempos en los que hasta once ciudades pedían los Juegos (2004) y hubo que establecer un proceso de corte.
Los datos demuestran que los Juegos Olímpicos como proyecto de ciudad han dejado de interesar a amplios sectores sociales y políticos, que consideran que hay otros asuntos prioritarios en los que gastar su dinero.
El COI, sin embargo, “no está preocupado” porque ve una explicación puntual para cada caso, “no un problema global”, dijo a EFE el español José Perurena, miembro del organismo.
Si bien en la más que centenaria historia de olimpismo no ha sido frecuente que los ciudadanos fueran consultados sobre las candidaturas olímpicas, hace ya varios años que es habitual que los partidos políticos o los movimientos ciudadanos exijan un referéndum para validar un proyecto que va a marcar su futuro como población.
En Budapest no ha sido necesario ni convocarlo. Después de que el movimiento popular Momentum reuniese más de 260.000 firmas para solicitar una consulta, gobierno, ayuntamiento y comité olímpico nacional la dieron de antemano por perdida y este miércoles, en una reunión con el primer ministro Viktor Orbán, decidieron borrar su nombre de la lista.
“Lo de Budapest se veía venir. Es una pena porque el proyecto era bueno. Los políticos no han podido parar esa iniciativa popular porque no han sabido explicar para qué querían los Juegos. O no han sabido o no les ha interesado hacerlo”, comentó Perurena, presidente también de la Federación Internacional de Piragüismo.
Este dirigente es partidario de que los referéndums, de hacerse, se hagan “antes de presentar la candidatura”, pero sobre todo de que cada ciudad explique de forma nítida qué supondrían los Juegos para su proyecto urbano y social.
El COI “espera la comunicación oficial” por parte del comité olímpico húngaro, pero ya está resignado e elegir el próximo 13 de julio en Lima entre París y Los Ángeles. Ciudades ambas que ya han organizado en dos ocasiones (1900 y 1924 / 1932 y 1984) los Juegos.
El mapa olímpico se pliega sobre sí mismo.
Antes siquiera de que el COI diese oficialidad a las candidaturas para 2024, Bakú desistió de sus intenciones de ser olímpica para hacer “una evaluación más profunda”.
La competición definitiva reunió a una candidata estadounidense, Los Ángeles, y cuatro europeas: Hamburgo, Roma, Budapest y París.
Hamburgo se retiró en noviembre de 2015 después de que el 51,6 por ciento de sus habitantes así lo decidiera. El COI, presidido por un alemán, Thomas Bach, dijo que se perdía “una gran oportunidad para la ciudad, el país y el deporte en Alemania”.
Bach ya había visto dos años atrás cómo sucedía lo mismo con Múnich y su proyecto para los Juegos de Invierno de 2022. Y también ha asistido al portazo de varias candidaturas suizas, el país de acogida del COI.
Roma fue la siguiente en caer, en octubre de 2016. La llegada a la alcaldía de Virginia Raggi, del Movimiento Cinco Estrellas, puso fin a los planes olímpicos de la capital italiana. Ahora es Budapest la que se despide.
Ante la escasez de aspirantes, en las últimas semanas han crecido los rumores sobre la posibilidad de que el COI reparta entre París y Los Ángeles los Juegos de 2024 y 2028.
José Perurena indicó que a día de hoy esta posibilidad “no tiene fundamento” porque obligaría a un cambios de estatutos que no está previsto. Pero, como idea, él está a favor.
“Yo sería partidario, y muchos de mis compañeros lo saben, de dar dos ediciones seguidas de los Juegos. Así nos evitábamos estar siempre envueltos en elecciones y tendríamos tiempo para recapacitar con calma sobre el proceso. Pero ahora, después de la retirada de Budapest, no es el momento. Se puede interpretar como que tenemos miedo y no es así. Hay que explicar bien las cosas”, afirmó Perurena.