Latinoamérica perdió sus aspiraciones

SOCHI. Latinoamérica, con todas sus esperanzas de medalla puestas en Sochi en la prueba de slopestyle, dentro de esquí artístico o freestyle, vio el martes como se esfumaban con la pronta eliminación de Julia Marino y Dominique Ohaco.

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Julia Marino, primera paraguaya en participar en unos Juegos Olímpicos de Invierno, quedó eliminada al terminar en 17ª posición entre 22 participantes en la ronda de clasificación, con una caída en su segundo intento, cuando pasaban a la final las doce primeras.

La joven de 21 años, nacida en El Chaco, pero criada en Estados Unidos, al ser adoptada cuando tenía seis meses, tuvo una baja calificación de 36,60 puntos en el primer salto, que la colocó en la 14ª posición provisional, mientras que una caída en el segundo, que recibió 25,60, la relegó a la 17ª plaza.

Por su parte, la chilena Ohaco, de 18 años, que había logrado una prometedora octava posición provisional en el primer salto, con 69,60 puntos, tuvo un segundo que fue peor calificado por los jueces, al darle 51,40, con lo que se vio al final en la decimotercera plaza.

Julia Marino estaba inconsolable al final de la prueba sin poder reprimir las lágrimas.
“El último salto fue un poco alto, y no aterricé bien. No me había pasado en los entrenamientos pero pasó aquí. Pero estoy contenta de haber estado en los Juegos”, señaló triste la paraguaya, que estaba duodécima en el ranking de participantes, lo que le daba posibilidades de entrar en la final.

“En el primer salto fui un poco lenta y luego tuve ese incidente en el segundo”, insistía sin poder retener las lágrimas.

“Fue maravillosa experiencia, siendo la primera paraguaya en competir y todo el apoyo que tuve de mi país fue increíble”, señaló tratando de superar el mal trago.

“Estas cosas pasan en el deporte. Estoy totalmente decepcionada. Es duro pasar este trago cuando tienes tantas expectativas”, resumió.

Tras esta mal trago, la paraguaya se aferra a su juventud para poder tener una segunda experiencia y saldar una deuda moral que se ha autoimpuesto de hacer un buen papel en unos Juegos Olímpicos defendiendo a su país de nacimiento.

“Soy muy joven. Tengo que seguir, voy a continuar intentándolo, trabajando, progresando. Fue un año duro ya que tuve una lesión en el cuello, pero me pude recuperar y participar en estos Juegos”, dijo la deportista guaraní.

“Espero estar en Corea del Sur en los Juegos Olímpicos de 2018. Mi intención es defender otra vez a Paraguay. Absolutamente. Con 100% de seguridad. Esa es mi meta”, explicó transmitiendo su firmeza de estar Pyeongchang dentro de cuatro años.

Ahora espera regresar a Paraguay para conocer más la cultura y la lengua de su país de nacimiento.

Por su parte, Dominique Ohaco, mejor baza de Chile en Sochi-2014 y que había estado séptima en el ranking mundial de su especialidad, pero que llegaba a los Juegos en la decimonovena, perdió una gran ocasión para superar el mejor resultado de su país en la historia de la competición, en poder de Thomas Grob, con el undécimo puesto en la combinada de Nagano-98.

“En la segunda vuelta me iba sintiendo muy bien, pero caí un poco corto en el último salto, así que no fue tan bueno como esperaba, pero igual me sentí bien”, añadió. “Con la primera ronda quedé más contenta”, dijo.

La joven chilena quiso sacar una lectura positiva de su participación en unos Juegos Olímpicos.
“Estoy muy feliz de estar acá. Con el punto de ya estar aquí ya estoy contenta, independientemente de los resultados que tenga. Es una oportunidad enorme”, señaló la sudamericana.

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