Inglaterra no falla en el estreno de “su” Mundial

TWICKENHAM. Inglaterra derrotó a Fiyi (35-11) en el partido de apertura del Mundial de rugby, este viernes en Twickenham, ante 82.000 aficionados entregados a un XV de la Rosa que se mostró poco convincente.

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Los ingleses, que realizaron un partido mediocre pero lograron el punto de bonus ofensivo al final, deberán mejorar en los próximos duelos, empezando el 26 de septiembre contra Gales, si quieren lograr el título. El fullback Mike Brown marcó dos de los cuatro tries, después de un try penal y un último anotado por el tercera línea Billy Vinipola en el último minuto.

“Estuvimos un poco nerviosos al principio y cometimos algunos errores, pero creo que fue todo debido a la emoción, a la inaguración del Mundial”, señaló la estrella del equipo inglés, su capitán, Chris Robshaw. “Conseguir los cinco puntos fue un fantástico inicio. Siempre supimos que Fiyi iba a jugar muy bien, son los novenos en el ránking mundial. Tienen mucho talento y nos pusiron bajo presión en varias fases del partido” , añadió Robshaw al final del partido.

Inglaterra logró cuatro puntos por la victoria y uno más por el bonus ofensivo con sus cuatro tries. Demasiado premio para una selección inglesa que chocó a menudo con el poderoso pack fiyiano. En la ceremonia de apertura, el príncipe Enrique insistió en los “valores” particulares de este deporte e hizo referencia a algunos grandes momentos de la Copa del Mundo, como la presencia de Nelson Mandela en 1995 o le drop de Jonny Wilkinson que dio el título a Inglaterra en 2003.

Cuatro horas antes del inicio oficial, los alrededores del Templo, estaban llenos de gente. “No puedo esperar más. El otro día, casi tengo un accidente en la autopista y me dije: ’no te mueras antes del viernes”, contó Chris McGurran, un contable de 31 años, disfrazado de caballero. Los datos de audiencias sitúan al Mundial de rugby como el tercer evento más importante, después del Mundial de fútbol y los Juegos Olímpicos de verano.

El récord de asistencia al Mundial será batido con 2,3 millones de espectadores en los 48 partidos en los 13 estadios repartidos en diez ciudades inglesas y en Cardiff. Y los organizadores anuncian que 4.000 millones de telespectadores, en audiencia acumulada, seguirán los partidos en 203 países, buscando entrar en nuevos mercados como Alemania y China.

Nueva Zelanda, en la despedida de su mejor jugador, Richie McCaw, aspira a conquistar su tercer título y ser el primer país que logra dos de forma consecutiva. Los All Blacks, que comienzan su participación el domingo contra Argentina, es la actual potencia del rugby y el enemigo a batir. Inglaterra, campeón en Australia en 2003, espera esta vez ganar el título en casa, algo que no consiguió en 1991, donde solo pudo ser finalista en Twickenham.

Australia, último ganador del Rugby Championship, e Irlanda, campeón del Torneo de las Seis Naciones en las dos últimas ediciones, son los otros dos aspirantes, aunque Sudáfrica, que se hizo con el título en dos ocasiones, y Francia, tres veces finalista, pueden dar la sorpresa. Sudamérica está presente con dos selecciones, Argentina y Uruguay, con dos objetivos diferentes.

Argentina, que lleva cuatro años disputando el Rugby Championship, el Cuatro Naciones del Hemisferio Sur, aspira a alcanzar las semifinales por segunda vez en su historia, tras haber sido tercero en 2007. En unos hipotéticos cuartos de final, donde cayó en 2011 contra Nueva Zelanda, tendría como rival a Irlanda o Francia.Uruguay, por su parte, tiene muy difícil lograr una victoria, algo que sí logró en sus dos anteriores participaciones, en 1999 y 2003, donde derrotó respectivamente a España y Georgia.

Los Teros, con un equipo amateur y solo cuatro profesionales en su plantel, tuvieron la mala suerte de caer en el llamado Grupo de la Muerte. Con unos rivales como Inglaterra, Australia, Gales y Fiyi (noveno en el ránking mundial) solo pretenden disfrutar y aprender.

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