“La vi y le pedí que nos hiciéramos una foto de recuerdo”, explicó Lee a la emisora de radio surcoreana KBS. “No me esperaba una reacción así, todavía estoy sorprendida”.
La simbólica foto entre las gimnastas de dos países vecinos pero técnicamente en guerra se viralizó en las redes sociales y provocó una oleada de comentarios. Como no se firmó ningún tratado de paz después de la guerra de Corea (1950-1953) , no hay prácticamente comunicación entre los dos países y los surcoreanos no pueden viajar al norte sin autorización gubernamental. Incluso Thomas Bach, el presidente del Comité Olímpico Internacional, destacó este “gran gesto” que ilustra perfectamente el espíritu olímpico.
Lee tenía sólo 9 años cuando Hong, 10 años mayor que ella, se convirtió en la primera norcoreana en ganar una medalla de oro en gimnasia, en salto en los Juegos Olímpicos de Pekín-2008. Las dos gimnastas nunca habían coincidido en una competición antes de los Juegos de Rio pero Lee admitió que había visto a Hong por televisión y ésta le había impresionado. “No sé mucho de política pero no creo que nuestra relación con Corea del Norte sea tan terrible”, agregó la joven gimnasta. “Nos mezclamos con atletas de todos lados, nos saludamos. ¿Por qué qué nosotros (los coreanos del Sur y del Norte) no podríamos hacerlo también?”, se preguntó la joven surcoreana.