“Las dos partes decidieron de mutuo acuerdo poner término a su patrocinio a finales de 2016. Queremos agradecer a la IAAF su fructífera y profesional cooperación, y le deseamos lo mejor para el futuro”, declaró el portavoz de Adidas, Oliver Bruggen. Esta decisión se produce en un contexto delicado para la IAAF, sacudida por escándalos de dopaje y corrupción.
El contrato, firmado en 2008, debía durar once años, y convertía a la marca alemana en patrocinador oficial de la IAAF.
Su precipitado final es un golpe a la línea de flotación de la instancia deportiva. En total, el montante del patrocinio estaba estimado en 33 millones de dólares (31 millones de euros).
Los medios británicos hablan de cifras cercanas a los 8 millones de dólares (7,5 millones de euros) por año.
Según éstos, Adidas ya habría avisado en enero a la IAAF de su voluntad de poner término a la colaboración, en el marco de los escándalos de corrupción.
Varios responsables del atletismo mundial, como el expresidente Lamine Diack, se hallan investigados por la justicia francesa por corrupción, acusados de encubrir casos de dopaje en el escándalo que sacudió al atletismo ruso.
Lamine Diack, que dirigió la instancia de 1999 a 2015, fue imputado en noviembre de 2015 por corrupción pasiva y blanqueo. Está acusado de cerrar los ojos a cambio de dinero para que atletas rusos dopados pudiesen participar en los Juegos de Londres.