Dos triunfos que permiten a la magiar contabilizar un total de cuatro medallas -tres oros y una plata- en unos campeonatos en los que Hosszu se ha subido al podio en todas las pruebas que ha disputado hasta el momento.
Un camino hacia el podio que se le aclaró notablemente a la nadadora húngara en los 200 mariposa, a causa del renqueante estado en el que ha llegado a estos Mundiales la española Mireia Belmonte, la vigente campeona olímpica y mundial, que aquejada de un resfriado en las vías altas, ni tan siquiera pudo clasificarse para la final.
Circunstancia que dejó la lucha por el oro en un duelo entre Katinka Hosszu y la estadounidense Kelsi Worrell, que pese a inquietar por momentos a la húngara, nunca pareció en disposición de poder vencer a la “dama de hierro”, que se alzó con el título con una marca de 2:02.15.
Un segundo más que el tiempo -2:01.12- que la húngara firmó hace dos años en los Mundiales de Doha, donde Hosszu tuvo que conformarse con la medalla de plata, tras verse claramente superada por Belmonte. Más brillante fue el crono de Katinka Hosszu en la final de los 100 espalda, donde tuvo que bajar de los 56 segundos -55.54- para revalidar el título de campeona del mundo que logró hace dos años en Doha.
Un oro que nadie pudo discutir a la húngara tras un espectacular último viraje, que permitió afrontar a Hosszu el último largo con una distancia sideral sobre la canadiense Kylie Masse, que finalmente se colgó la plata, y la británica Georgia Davies, que logró el bronce.
Igualmente destacada fue la actuación de la joven estadounidense Lilly King, que se confirmó como la gran pechista del momento, tras añadir al título de campeona olímpica de los 100 braza que logró en Río, el oro mundial conquistado hoy en Windsor en la final de los 50 braza.
Para ello, King, que se impuso con un tiempo de 28.92, tuvo que hacer valer su mayor fortaleza terminal para doblegar a la jamaicana Alia Atkinson, la plusmarquista mundial, que debió conformarse con la plata con una marca de 29.11. Un oro al que Lilly King añadió un nueva presea dorada como integrante del equipo estadounidense de relevos, que se alzó con el triunfo en la final del 4x50 estilos con nuevo récord del mundo -1:43.27- incluido.
Por su parte, el surcoreano Tae Hwan Park se postuló como un firme aspirante al título de rey de los Mundiales en la categoría masculina, tras añadir al oro que se colgó el martes en los 400 libre, el título de campeón del mundo que conquistó hoy en los 200 libre.
Park, que parece empeñado en rehabilitar su prestigio, tras la sanción por dopaje que estuvo a punto de dejarle fuera de los pasados Juegos Olímpicos de Río, sorprendió con un tiempo de 1:41.03 al gran favorito, el sudafricano Chad Le Clos, que pese a su espectacular reacción final se vio relegado -1:41.65- a la segunda plaza.
Más previsible fue el triunfo del australiano Mitch Larkin, vigente campeón olímpico y mundial, que se impuso en la final de los 100 espalda con un tiempo de 49.65 segundos por delante del ruso Andrei Shabasov, plata, y el chino Jiayu Xu, que se colgó el bronce.
Quien no pudo revalidar el título de campeón del mundo logrado hace dos años en los Mundiales de piscina corta de Doha, fue el brasileño Felipe Franca, tras concluir cuarto en una final de los 100 braza en la que se impuso el alemán Marco Koch con una marca de 56.77 segundos.
Un varapalo para el nadador brasileño, que se quedó por tan sólo una centésima fuera de un podio, en el que acompañaron a Koch el ruso Vladimir Morozov, plata con una marca de 57.00, y el italiano Fabio Scozzoli, que arrebató el bronce a Franca con un tiempo de 57.04.