La protesta comenzó el martes, con una carta abierta publicada por Hosszu en su página de Facebook, dirigida principalemnte a Tamas Gyarfas, responsable de la Federación Húngara de Natación (MUSZ).
“Si la natación húngara es realmente importante para Tamas Gyarfas, debería dimitir de su puesto”, escribió Hoszzu.
Además de las malas estructuras de entrenamiento, la nadadora de 27 años lamenta la gestión de la federación, a la que considera poco democrática.
Hosszu recibió este jueves el apoyo de otros nadadores; David y Evelyn Verraszto, Peter Bernek y Dominik Kozma, además de Daniel Gyurta, medalla de oro en Londres 2012, y Boglarka Kapas, medalla de bronce en Rio 2016.
“Desafortunadamente las cosas no son como deberían en la natación húngara y es el momento de hablar de este tema”, declaró Kapas en el diario Nemzeti Sport el miércoles.
Los responsables de la federación hicieron un llamamiento al diálogo y pidieron a los nadadores presentar una lista concreta de problemas para rebajar la tensión de los últimos meses. En enero Hosszu les reprochó que no se ocupaban de los deportistas.
Budapest, la capital húngara, recibirá el Mundial de natación en 2017.