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El “regalo de Navidad” le llegó luego de remar en finales, clasificatorios y otros torneos internacionales a lo largo de la temporada. “Tenía mis serias dudas. Podía ser como no. Estaba 50-50”, expresó sobre si se veía llevando la estatuilla por segundo año seguido. Dedicó el galardón “a todas las personas que me apoyaron en los momentos buenos y malos. Agradecer tanto a la federación, a Rubén (Pesce), al Comité Olímpico y la Secretaría Nacional de Deportes. Y más que a nadie, a toda mi familia y amigos”.
La finalista panamericana, en Toronto, se propone alcanzar la Victoria en su próxima entrega: “Quiero trabajar para pelear los Premios Victoria, ya no solamente el premio en remo”.
Tras 18 años de trabajo, Rubén Pesce recientemente dejó de ser entrenador de la selección nacional y una muy emotiva Alejandra dedicó estas palabras al uruguayo: “(Rubén) significa mucho. Es el primer entrenador en el que pude confiar”. Continuó: “Como era entrenador de la Federación, no era muy abierto, era como en la escuela, era exigente y yo tenía que ser buena alumna. Yo asumía como que iba al colegio”, expresó entre lagrimas Ale.
Al momento de darse el adiós, según cuenta, no se dijeron mucho. “Me dijo que fue bueno trabajar conmigo, de que hay que reconocer que me rompí el lomo en el bote, que los logros son más míos que de él, pero para mí son de los dos porque yo con mis ganas no iba a hacer muchas cosas. Él, más que la parte de entrenamiento y planificación, nos agarró en la parte motivacional. Me dijo que tengo mucho por delante y que soy una buena deportista. Que siga adelante a pesar de todo”, remató.
Para la remera de 2015, el legado que le deja todos estos años de entrenamiento, competencias y viajes con Rubén es que “la oportunidad es un pelado con un solo pelo en la frente. Si no agarrás donde tenés que agarrar no vas a agarrar”, recuerda.
El pasado mes, Alejandra fue a Estados Unidos, donde podía aplicar para dos universidades. Finalmente, escogió ir a la Barry University que le ofrece una beca completa por cuatro años para seguir la carrera de Sport Management y la posibilidad de seguir remando allá y en representación de nuestro país.
“No me quiero hacer ilusiones, pero tampoco quiero darle menos de la importancia que se merece”, sostuvo sobre la posibilidad de que el selectivo nacional al preolímpico, para donde no alcanzó la clasificación en noviembre, se repita. La decisión de hacer de nuevo el evento está en manos de la federación que preside Gerd Thiede.
A los Juegos Olímpicos “no me quiero ir a pasar. Ya muchos turistas tuvimos. No quiero ir a participar; quiero tener la preparación y tener posibilidades de algo”, señaló.
A su corta edad, Alejandra para quien sus mayores logros fueron hasta ahora, las finales A en los Juegos Olímpicos de la Juventud Nanjing 2014 y los Juegos Panamericanos Toronto 2015, piensa en meterse entre los mejores y aspirar a hacer historia en el olimpismo nacional. “Siempre tuve en la mente por qué ellos (Argentina y Cuba) pueden pretender ganar y yo no. Eso nunca me entró en la cabeza y se ve que a los demás les entra porque lo único que piensan es ‘me voy a ir a los Juegos Olímpicos’. Vos no entrenás planeando a donde te querés ir de lugar, planeás a dónde querés llegar en base a metas”.
Dio mucha importancia a la confianza, que le dieron sus entrenamientos, para lograr privilegiadas ubicaciones en Nanjing y Toronto. “De la preparación viene la confianza. Si mi preparación es para 7’50 no puedo estar confiada en 7’30”, manifestó la atleta cuyo mayor desafío el próximo año será el mundial sub 23, en Rotterdam, Holanda, en el mes de agosto.