En un encuentro celebrado este martes en Tokio, el director ejecutivo del máximo organismo internacional de natación respaldó el proyecto original de edificar un nuevo centro acuático en la ciudad, cuyo coste se estima en unos 68.300 millones de yenes (600 millones de euros/654 millones de dólares).
Recientemente, un panel establecido por Koike propuso modificar las sedes para la natación y otras dos disciplinas (remo/piragüismo y voleibol) y utilizar instalaciones existentes para ahorrar en costes de construcción y mantenimiento, algo que no gustó al comité organizador de Tokio 2020.
El responsable de la FINA afirmó que la nueva sede sería “importante” para la cita olímpica y además permitiría dejar “ un legado para acoger eventos internacionales en el futuro”, según declaraciones recogidas por la agencia local Kyodo.
Por su parte, la gobernadora de Tokio señaló que “está estudiando” si las nuevas instalaciones tendrían utilidad en el futuro, y recordó que para final de mes se prevé una decisión definitiva sobre la modificación de sedes.
La propuesta del panel de expertos incluye la renovación del Centro Internacional de Natación de Tatsumi, construido en 1993 y ubicado en una zona cercana a la Bahía de Tokio, en lugar de la construcción de una nueva sede.
Koike, en el cargo desde el pasado 31 de julio, ha situado entre sus prioridades la transparencia y el objetivo de evitar que los costes de Tokio 2020 se inflen en hasta 3 billones de yenes (26.180 millones de euros) por encima de lo presupuestado, tal y como han estimado informes de su equipo de Gobierno.