“Sé que tengo problemas de salud mental y voy a buscar ayuda aquí, en Australia, pero también en el extranjero”, escribió el exdeportista en un comunicado.
Hackett, de 36 años, también agradeció a sus padres “el apoyo recibido durante la semana más dura de mi vida”.
La otrora estrella de la piscina, que desde hace años tiene problemas con el alcohol, fue detenido el miércoles de la semana pasada por la policía cerca de Brisbane después de una crisis que sufrió en el domicilio familiar de Gold Coast.
Fue liberado unas horas más tarde sin que se presentara ningún cargo contra él, pero tras su liberación desapareció durante 24 horas antes de que volviese a dar señales de vida el mismo a la policía.
Justo antes de desaparecer, Hackett publicó una fotografía suya en las redes sociales con la cara entumecida, con un corte bajo el ojo derecho, la nariz ensangrentada y acusando a su hermano de haberle golpeado.
En su comunicado de este miércoles, Hackett asegura haberse reconciliado con él: “Mi hermano y yo nos hemos vuelto a ver y nos queremos mucho. Nuestra familia ha sido siempre nuestra prioridad”.
Hackett, una de las grandes estrellas de la natación australiana, ha sido noticia por motivos no muy agradables desde su retirada de las piscinas.
Hace diez meses, estando ebrio, pellizcó el pezón de un pasajero en un avión que le llevaba a Adelaida, donde habían tenido lugar las selecciones australianas para los Juegos Olímpicos de Rio. Unos días más tarde explicó que iba a “buscar ayuda” después de haber decidido “parar el consumo de alcohol”.
Se retiró al día siguiente de los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008 y después tuvo un divorcio complicado antes de entrar en una cura de desintoxicación en 2014 por una adicción a los somníferos.
En 2015 salió de esa cura con la intención de estar en los Juegos de Rio 2016 y convertirse en el nadador australiano de más edad en clasificarse para una cita olímpica, pero no lo consiguió.