El perdedor del partido dirá adiós a ese Grand Slam y puede que también al título, mientras que el ganador dará un paso de gigante para ser el triunfador de este año en el torneo estrella del hemisferio Norte, en pleno año de Mundial.
Gales tendrá también en juego su récord de victorias consecutivas (11), que se remonta a un siglo, mientras que Inglaterra, después de una edición 2018 lejos de sus estándares (5º), parece decidida a sacarse esa espina, como demostró ya en los duelos anteriores ante Irlanda (32-20) y Francia (44-8).
“Es un reto enorme enfrentarse contra Inglaterra, que juega realmente bien y con mucha confianza en este momento”, admite el seleccionador neozelandés de los galeses, Warren Gatland, que sueña con lograr un tercer Grand Slam -después de 2008 y 2012-, antes de dejar la selección tras una larga etapa, de doce años.
Los galeses están invictos en el Millennium de Cardiff desde finales de 2017, pero no han ganado a Inglaterra desde que Eddie Jones tomó las riendas del XV de la Rosa tras el fiasco del Mundial de 2015... provocado precisamente por los galeses.
Inglaterra ha ganado desde entonces en el Seis Naciones (4 puntos de diferencia en 2016, 5 en 2017, 6 en 2018) a su vecino occidental. La rivalidad entre ambos equipos es ancestral. “Hay que estar tranquilos, pero al mismo tiempo, ser de acero”, advierte Eddie Jones a sus pupilos ingleses.