Doscientos exámenes fueron analizados durante la competición (del 18 de septiembre al 31 de octubre) por la Agencia Británica Antidopaje (UKAD), y 268 fuera de la competición, precisó la World Rugby. Sobre esos 468 exámenes a las 20 selecciones clasificadas, 317 fueron de orina y 151 sanguíneos, añadió la World Rugby.
La Copa del Mundo de Rugby 2015 fue la primera disputada desde la puesta en marcha por la World Rugby en 2013 del pasaporte biológico. “Aunque no haya habido ningún caso detectado de dopaje antes o durante la Copa del Mundo, no podemos dormirnos en los laureles. (La lucha contra el dopaje) es importante, es por lo que hemos aumentado nuestro presupuesto (contra el dopaje) y por lo que estamos comprometidos a conservar las muestras para eventuales análisis futuros”, indicó en el comunicado el presidente de la World Rugby, Bernard Lapasset.