COI lanza la operación “manos limpias”

El presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, quiere erradicar a los tramposos, molesto tras las acusaciones sobre los Juegos de Sochi que mostrarían “nueva dimensión chocante del dopaje” y “nivel de criminalidad sin precedentes”.

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Thomas Bach no tiene otra opción para devolver la credibilidad a la institución que dirige y a los Juegos Olímpicos, el mayor evento deportivo del mundo. Para ello, Bach puede apoyarse en un as bajo la manga: los contranálisis.

El martes, la instancia suprema del deporte anunció en un comunicado que de 454 muestras extraídas en Pekín 2008, 31 habían dado resultados positivos, correspondientes a deportistas de 12 países y de 12 disciplinas diferentes. En una columna en el periódico francés Le Monde, Bach señaló este miércoles: “Varias decenas de atletas dopados (serán) seguramente impedidos de participar en los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro”, este verano (boreal), afirmó.

Próximamente, los resultados de los contranálisis de 250 muestras de Londres 2012 deberían igualmente revelar otro lote de casos positivos. Sin embargo, sólo los deportistas afectados o las federaciones responsables pueden hacer públicas las identidades de los culpables.

En las próximas semanas y los próximos meses, según se aproxime la gran cita brasileña, es muy probable que se multipliquen las bajas para los juegos, ’oficialmente’ a causa de lesiones, baja forma o pobres resultados. El mensaje del patrón del COI es, en todo caso, muy claro: la instancia llevará hasta el final “su política de tolerancia cero”.

Los resultados de la investigación de la AMA en relación a los Juegos Olímpicos de Sochi “van a influir mucho en la naturaleza de la participación de los atletas rusos en los Juegos Olímpicos de Rio”, amenazó Bach en Le Monde.

El exdirector del laboratorio ruso contra el dopaje, Grigori Rodtchenkov, ahora exiliado en Estados Unidos, afirmó recientemente que decenas de atletas rusos, entre ellos 15 medallistas olímpicos, se beneficiaron de un sistema de dopaje supervisado por Moscú durante los Juegos de Sochi, en 2014.

“Si la investigación (solicitada a la Agencia Mundial Antidopaje, AMA) confirma la veracidad de estas acusaciones, esto revelaría una nueva dimensión chocante del dopaje, con un nivel de criminalidad sin precedentes”, insistió el jefe del deporte olímpico mundial, precisando que el COI “reaccionaría utilizando su política de cero tolerancia”.

Una declaración preocupante para los atletas rusos, cuya participación en Río 2016 será decidida por la IAAF el 17 de junio en Viena.

Aunque el atletismo es el principal deporte olímpico, para Bach, “si se demuestra la existencia de un sistema organizado que contamina otros deportes, las federaciones internacionales y el COI tendrían que tomar una decisión difícil, entre responsabilidad colectiva y justicia individual”.

La propuesta del presidente del COI supone una verdadera revolución en materia de la lucha contra el dopaje. Desde la posibilidad de sanciones colectivas, Bach deslizó el final de la “presunción de inocencia” para los atletas. “Se tendría que considerar si en el caso de estas federaciones ’contaminadas’ la presunción de inocencia puede seguir aplicándose a los atletas o si la carga de la prueba puede invertirse”, sugirió.

Según los nuevos postulados se debería pedir a los propios atletas “probar que el registro de sus controles está conforme a las reglas de su federación internacional y al código mundial antidopaje”.

Un aviso al que no han tardado en reaccionar los rusos: “La responsabilidad debe establecerse individualmente. Los deportistas ’limpios’, que se han pasado varios años de su vida entrenando y respetando las normas y los reglamentos no deben ser privados de la competición”, indica el ministro ruso de Deportes en un comunicado.

Por su parte, la antigua campeona olímpica rusa de salto de longitud, Tatiana Lebedeva, convertida en senadora, acusó: “Me encantaría decir que no tiene nada que ver con la política, pero no es el caso (...) Es obra de un lobby anglosajón, ellos ven que las sanciones económicas no surten los resultados esperados y empiezan a atacarnos donde somos fuertes”, declaró a la agencia de prensa rusa Ria Novosti.

Salvo sorpresa, la operación ’manos limpias’ promete ser ardua. La diplomacia deportiva deberá mostrarse sólida para evitar que el peso de la sospecha caiga sobre Río.

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