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El Decano se fundó el 6 de julio de 1968, a través de jóvenes argentinos, paraguayos, ingleses, neozelandeses y de otras nacionalidades que residían en Paraguay, quienes iniciaron el proceso teniendo como cuna el Jardín Botánico.
“Tardamos meses en completar un equipo, porque estábamos entre cuatro, cinco, seis”, comentó Juan Carlos González Román, de aquella camada.
Pasaron meses practicando, antes de disputar en 1969 el primer partido contra Natación y Gimnasia de Tucumán.
Para ese año, “ya había 17, 18 jugadores. Costó juntar. Ahí fue nuestro primer entrenador el señor (Roy) Gallagher, un señor neozelandés que había venido a formar el Fondo Ganadero”, detalló el exjugador Luis de Marco.
De marco, González Román y otros como Rolf Staudt, Óscar Leonardi y Francisco Ordiz coincidieron en que en el club todos ejercían todos los roles. Prueba de ello fue que el propio Gallagher disputó el duelo de vuelta contra los tucumanos, junto al primer equipo que viajó al extranjero, a finales de ese año.
En la foto que perdura el momento, solo 14 jugadores cuentan con la misma casaca. “No teníamos las 15 camisetas”, recuerdan.
Después de Natación y Gimnasia, el ARC disputó sus siguientes partidos contra el colegio San Andrés de Buenos Aires. La primera victoria llegó en el cuarto cotejo contra los Sixties, el primer club de Resistencia. “Ese día fue como si Paraguay hubiera sido campeón mundial”, recuerda Staudt.
Recepción favorable: madre de clubes
La victoria atrajo a más personas, que gustaron de la modalidad y sentían curiosidad. “Creo que hubo una reacción favorable. Comenzó a aparecer mucha gente”, cuenta De Marco.
A lo que Staudt añadió: “Tan favorable fue que nos llenamos de gente joven. Tanto se llenó que no dábamos abasto. Hacíamos los entrenamientos nosotros contra ellos y mezclados. Éramos jóvenes todos, teníamos 20, 25 años, pero los otros, 16, 17, 18. Ahí el Asunción se convirtió en madre de clubes”.
Así se fueron originando otros clubes, para llegar hoy día a 42 equipos, distribuidos en diversos puntos del país.
Ya practicado en la Argentina, Uruguay y Chile, en Paraguay se logró propagar cierta atracción hacia el novedoso deporte través de los medios. Era “algo novedoso y atractivo para la gente, por ser diferente”, expresó Staudt.
Verdadero espíritu: amistad, conducta, juego limpio
Todos se expresaron sobre el verdadero espíritu del deporte.
“El rugbista considera que el rival no es uno enemigo, es un rival circunstancial. Sin él no podrías competir. Termina el partido, termina todo. No le damos una dimensión trágica como en otros deportes”, sostuvo De Marco.
“El tema de la conducta es muy importante”, dice Ordiz. A lo que Staudt acota: “Es un deporte duro, pero no sucio. No se juega con maldad o malicia”.
Recuerdan haber estados todos reunidos en un bar, donde un extraño ofreció pagar la cuenta. “Resultó ser un sudafricano, que estaba recorriendo el mundo. Escuchó hablar de rugby, como en Sudáfrica el rugby es muy importante, vino, nos sentamos en la mesa con él y después una recorrida por todo Asunción”, inició Ordiz.
Continuó asegurando que “luego hubo una invitación de él para ir a Sudáfrica”. El sujeto envió una copa para que sea disputada, pero “la disputamos entre nosotros”, recordaron entre risas.
Rugby en la actualidad
Consultados sobre qué opinión les merece la actualidad del deporte que trajeron al país, De Marco destacó que, aunque “no al nivel que uno quiere”, pero existe un “desarrollo importante”. Citó el apoyo de la Secretaría Nacional de Deportes, el Comité Olímpico Paraguayo, el estadio de la URP. “Creo que se está haciendo algo, dentro de las posibilidades”, completó.
Para Carlos Apodaca, presidente actual del club y miembro de la URP, el rugby paraguayo “no está muy lejos del profesionalismo”.
Staudt resaltó la falta de escuelas de árbitros, entrenadores, dirigentes.
Lo más importante esta temporada
Aunque sería “lindo” hacerse con el campeonato en el año del 50° aniversario, De Marco prioriza otras cosas. “Lo más importante es que nos volvamos a encaminar, que logremos nuevamente a tener nuestra sede, que todos los chicos de las generaciones que nos siguen comiencen a concientizarse que son ellos los que tienen que agarrar esto”.
Dentro del plan, Staudt destacó el aspecto competitivo y el de infraestructura. El ARC tendrá su casa en Villa Hayes. El predio significaría poder planificar “toda esa parte que hoy no podemos”, dice Staudt.
González Román recordó un decreto que, asegura, conseguido por Alfredo Stroessner, les otorgaba el espacio en el Botánico por 99 años. Se desconoce el paradero del documento.
Mirando a futuro, hacia el centenario, Apocada deseó que “el rugby sea el segundo deporte en Paraguay. Estoy seguro que si Paraguay jugara al rugby, sería otro país. Si el planeta jugara al rugby, sería un planeta diferente, por los valores”. Citaron los ejemplos de Sudáfrica y Nueva Zelanda.
“Recuperar lo que fuimos. Retomar ese camino, que por distintas circunstancias nos llevaron a situaciones difíciles, pero creo que está en el ánimo y espíritu de todos”, remató De Marco.