China se enamora del curling

PEKÍN. El curling, un deporte de equipo que durante décadas apenas había suscitado interés fuera de Canadá o los países de Europa del norte, ha encontrado nuevos entusiasmos en China, nación que en 10 años ha conseguido varios éxitos internacionales.

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Este deporte, una suerte de petanca sobre hielo en la que no se usan bolas, sino piedras, y los jugadores pueden controlar los movimientos de éstas barriendo con escobas en la superficie helada, ya no es un juego exótico para los chinos, y de hecho es tal vez la disciplina de Sochi 2014 que siguen con más pasión.

Los encuentros de curling en los que participan las selecciones masculina y femenina de China se transmiten en horarios de máxima audiencia por el canal deportivo de la televisión estatal CCTV, y Pekín, de hecho, acogerá en marzo los mundiales masculinos de la disciplina, primeros que se disputan lejos de Europa o Norteamérica.

La razón de esta nueva pasión por el curling en China, donde este deporte hace apenas una década era un perfecto desconocido y aún hoy no es fácil de practicar (sólo hay cinco canchas para ello en todo el país), estriba en los éxitos internacionales que la selección femenina comenzó a conseguir la pasada década.

Las chicas del curling, capitaneadas por Wang Bingyu (famosa en China por la energía con la que grita a sus compañeras), son hoy por hoy las deportistas chinas de equipo que más destacan internacionalmente, con el permiso del waterpolo o el voleibol femeninos.

Sorprendentes campeonas del mundo en 2009, lograron también la plata en los Mundiales de 2008, el bronce en los de 2011, y también han conseguido un tercer lugar olímpico, en las anteriores Juegos de Vancouver 2010, aunque es seguro que no repetirán éxito en Sochi, donde han quedado fuera de las semifinales.

Los que sí han conseguido llegar a la lucha por las medallas son sus compañeros masculinos de disciplina, quienes parecen decididos a tomar el testigo tras años de protagonismo de las féminas y se enfrentarán a Canadá, la máxima favorita, en semifinales.

El equipo masculino chino de curling, hasta ahora casi anónimo y eclipsado por las chicas, está en claro ascenso: en el primer mundial que disputaron, el de 2008, ya sorprendieron con un cuarto puesto, y el pasado año se auparon al sexto lugar, algo meritorio para un país sin tradición en este deporte.

La popularidad del deporte en China parece relacionada con la entrada de éste en la disciplina olímpica, algo que ocurrió en los Juegos de Nagano '98, unida a la sed del país asiático por destacar en todos los deportes posibles, incluidos los invernales, dado que el país sueña con organizar los JJ.OO. de Invierno de 2022 en Pekín.

En el caso del curling, China sigue la misma fórmula que ha repetido en otros deportes sin historia en el país pero en los que ya destaca: fichaje de entrenadores de talla internacional y trasladar a deportistas del país a otros países para que se formen en esos deporte, ante la ausencia de ligas locales.

El equipo masculino chino, por ello, es entrenado por uno de los mejores jugadores canadienses de la historia, Marcel Rocque, quien ha llevado a su equipo a entrenar meses enteros a Canadá, país que ha sido 34 veces campeón mundial y dos veces olímpico, y que ahora es el rival a batir para que China entre en la gloria.

Si en la semifinal que se disputa mañana, miércoles, China da la campanada y derrota a la todopoderosa Canadá, el curling amenaza con sustituir al fútbol, el baloncesto o el ping pong como deporte favorito de muchos aficionados chinos.

Aunque muchos otros aún no se expliquen todavía por qué en el canal deportivo local salen constantemente personas barriendo sin descanso sobre el hielo.

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