Brasil logró el que es su primer título internacional en rugby masculino en un partido en el que se impuso con ensayos de Arthur Bergo, Joan da Ros, Moisés Duque, Lucas Duque, Gabriel Paganini, Lucas Tranquez, Daniel Sancery, Felipe Sancery y Wett Van Niekerk.
El apertura Josh Reeves estuvo acertado con los pies y anotó ocho conversiones, además de dos golpes de castigo.
El único ensayo de Colombia lo anotó Juan Felipe Aguirre Ardila, pero cuando el partido estaba ya 60-0.
A pesar del pleno dominio que ejercía sobre el juego, Brasil se descontroló hacia el final del primer tiempo, cuando el pilar Jonatas Paulo fue expulsado por agredir a un colombiano, con lo que dejó a su equipo con catorce jugadores por el resto del partido. Casi inmediatamente, Cléber Dias recibió un amarillo, con lo que los Tupís brasileños perdieron otro hombre, aunque en este caso sólo durante diez minutos.
El equipo colombiano, sin embargo, fue incapaz de aprovechar esa diferencia y fue aplastado por un Brasil que en los últimos años se ha afirmado en el rugby regional. La clave para el primer título internacional del rugby masculino brasileño había sido el triunfo frente a Argentina XV, el tercer equipo de ese país y que juega en la región en vez de Los Pumas y Jaguares, una de las potenciales mundiales de este deporte.
Fue el sábado pasado en la cancha del club Hindú, en Buenos Aires, donde los Tupís protagonizaron una histórica remontada y, tras concluir el primer tiempo perdiendo por 33-3, ganaron 36-33. Antes, en la primera jornada, la Canarinha del rugby ya se había impuesto a Chile por 28-12.
El primer Seis Naciones Sudamericano dividió a las selecciones participantes en dos grupos. Brasil fue encuadrado en la Conferencia Este, junto a Chile y a Uruguay XV, equipo que representó a los charrúas ya que Los Teros, su selección principal, tampoco ha participado en el torneo. En la Conferencia Oeste jugaron Argentina XV y las selecciones de Colombia y Paraguay.
Los equipos del Este jugaron frente a los del Oeste en tres únicas jornadas y Brasil se consagró campeón del torneo, en el que acabó como el único invicto.