El fuego comenzó a las 16h40 locales (19h40) y después de media hora, los miembros del equipo pudieron volver dentro del edificio.
“Un pequeño incendio causado por dos piezas de cartón que se prendieron fuego se registró en el estacionamiento subterráneo de la torre 23 en la Villa Olímpica” donde se hospeda Australia, explicó en una nota el Comité Organizador Río 2016. “El incidente fue rápidamente controlado por los bomberos en la Villa Olímpica. Los ocupantes del edificio fueron evacuados y pudieron volver a sus departamentos 30 minutos después. El incidente está siendo investigado”, añadió.
Mike Tancred, director de Comunicaciones del Comité Olímpico Australiano, dijo a la AFP que “no hubo mayor drama” y fue enfático: “no vamos a dejar la Villa”. Pero el incendio permitió identificar una nueva falla en las múltiples encontradas desde que Australia llegó a la Villa el domingo pasado y la decretó “inhabitable”. El sistema de alarmas contra incendio falló.
“Habrá un bombero en cada piso hasta que se vuelva a chequear mañana todo el sistema de alarma contra incendios en el edificio”, explicó a la AFP Alejandro Lifschitz, portavoz de prensa del Comité. “Río 2016 va a reforzar la política de prohibición de fumar en la Villa Olímpica con la excepción de lugares designados”, añadió.
Tuberías tapadas, cables sueltos, un fuerte un olor a gas, además de polvo, basura y escombros, fue lo que encontró Australia al abrir la puerta de su edificio en la Villa hace cinco días, en lo que desató el denominado “Cangurogate” cuando el alcalde de Río, Eduardo Paes, ofreció irónicamente colocar un canguro frente a sus apartamentos para que la delegación se sintiese más cómoda.
A los australianos no les hizo nada de gracia el comentario y respondieron entonces que precisaban plomeros, no canguros. La delegación de Oceanía no habría sido la única que se quejó. La argentina también lo hizo y llegó a decir incluso que podría tratarse de un sabotaje hacia su país, tradicionalmente enemistado con Brasil en las canchas deportivas.
Pero según varios medios de comunicación brasileños, los problemas en la Villa Olímpica habrían sido causados por obreros descontentos con los retrasos por sus pagos salariales. Ante el caos, unos 630 plomeros fueron contratados de urgencia para arreglar los problemas, todos resueltos el jueves según Río 2016.
Australia comenzó a recibir los primeros atletas entre martes y miércoles, cuando hizo además las paces con Paes: el alcalde recibió un canguro de peluche de manos de la jefa de la delegación, Kitty Chiller, y le entregó a su vez las llaves de la ciudad. “Es la mejor Villa que he visto en mis cinco Juegos Olímpicos”, indicó entonces Chiller.
Paes había insistido el miércoles en no buscar culpables sino dar soluciones. Pero en una entrevista publicada el viernes por el diario O Estado de Sao Paulo, puso toda la responsabilidad en el comité.
“La Villa Olímpica estaba lista y durante los tres meses en que pasó bajo el control del Comité Organizador Río 2016, hubo un problema gravísimo de gestión. Durante tres meses aquellos apartamentos fueron invadidos y se robaron muchas cosas”, indicó. “Las puertas quedaron semiabiertas; hubo una falta de atención del Comité organizador, objetivamente”, añadió, antes de detallar los objetos que según dijo fueron robados como lámparas e inodoros.
Lamentó también que el problema no fuera “nunca” evocado en las tres reuniones semanales entre las partes responsables de la preparación de los Juegos. “Fue un error inaceptable, es una pena porque fue en el pistoletazo de partida de los Juegos”, añade el alcalde. “No había ningún brasileño en la dirección de la Villa Olímpica, sólo extranjeros. Al menos, no se dirá que los brasileños son desorganizados. El jefe era Mario Cilenti”, indicó.
El director ejecutivo argentino de la Villa habría sido apartado de su puesto, según la prensa brasileña, sin la confirmación oficial de Río 2016. Irregularidades en las condiciones de trabajo de estos obreros llamados como refuerzo fueron señalados además por el ministerio de Trabajo de Brasil.