Los Wallabies, sin dos de sus estrellas, los lesionados Israel Folau y David Pocock, se deshicieron de un XV del Cardo que estuvo a escasos segundos de dar la que hubiera sido una de las mayores sorpresas en la historia de los mundiales.
El triunfo de los de Michael Cheika vuelve a poner de relieve la superioridad de los conjuntos del hemisferio sur en el panorama del rugby mundial, con cuatro de ellos -Nueva Zelanda, Sudáfrica, Argentina y Australia- en semifinales.
Comenzaron muy bien los Wallabies, con un ensayo de Ashley-Cooper a los nueve minutos que no acertó a transformar un hoy errático Foley. Los del Cardo, sin embargo, se rehicieron y gracias al buen acierto a los palos de Laidlaw y a un ensayo de Horne lograron una ventaja de ocho puntos ante una grada de Twickenham atónita (5-13, m.21). Mitchell consiguió apoyar el oval y recortar distancias para los de dorado, pero los fallos en la conversión de Foley mantenían la ventaja de Escocia en el marcador (10-13, m.29).
Tras un nuevo penal de Laidlaw, Australia se vino arriba y tras un maul, Hooper apoyó el oval para acercar a los suyos a solo un punto. Nuevamente Foley erró al pateo -el tercero de tres- y los del Cardo se fueron a vestuarios en ventaja (15-16, m.40).
La segunda mitad comenzó con la pregunta en el aire si los de Vern Cotter, 'cuchara de madera' del último Seis Naciones, serían capaces de aguantar las embestidas australianas. Después de una controvertida amarilla a Maitland por un avant intencionado (m.42), Mitchell sumó el cuarto try de los suyos en el encuentro.
Foley, esta vez sí, acertó en el pateo y culminó la remontada de los oceánicos (22-16, m.44). Tras un ensayo anulado a Ashley-Cooper por avant, Foley amplió la renta de los bicampeones mundiales con un penal, pero los escoceses no perdieron la cara al partido y Seymour, después de un tapón de Russell a Foley, apoyó el oval para situar al Cardo a solo un punto (25-24, m.59)
Un ensayo de Kuridrani que convirtió Foley permitió respirar a los Wallabies, que no conseguían cerrar un choque que, a priori, se antojaba sencillo. A falta de cinco minutos, y bajó una lluvia torrencial en Twickenham, obró la remontada Escocia después de que Bennett robara el balón y se deslizara bajo la hache.
Laidlaw acertó y los británicos acariciaban su primera semifinal desde 1991. Sin embargo, Foley, errático al comienzo del duelo y magnífico en la segunda mitad, anotó un golpe de castigo con el tiempo prácticamente cumplido para acabar con el sueño escocés, completar el pleno del hemisferio sur en semifinales y citarse el próximo domingo con los Pumas, verdugos hoy de Irlanda (20-43).