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“No se exactamente a qué edad empecé a hacer deportes. Es una pregunta difícil porque prácticamente nací con una pelota al lado. Con un papa rugbista, una mamá handbolista y dos hermanos varones era casi imposible que no fuera así. Pero más o menos a los 4”, comenzó relatando Aracelli.
“Jugué básquet, fútbol, voleibol, natación, tenis, gimnasia artística y llegue a hacer esgrima. Básicamente todo lo que incluía alguna pelota o implicaba correr me gustaba”, continuó.
“Handball empecé a jugar a los 8 años en el Colegio San José. Fui a la quinta del colegio a acompañar a mi hermano mayor y estaba sentada esperándolo cuando el profesor Cesar Servin me llamó y me dio por primera vez una pelota de handball”, contó sobre su contacto con la disciplina.
“A nivel de clubes empecé en el Deportivo San José en el 2008, cuando tenía 15 años. Nunca vi el handball como para vivir de ello pero desde que fiché por el club se convirtió en la actividad a la que más tiempo le dedique en mi vida. Lo empecé a tomar más en serio. Entrenamientos, gimnasio, partido tras partido, viajes, etc. Eso me permitió recorrer el país con los torneos nacionales y conocer muchas cosas”, explicó Yaryes.
Primer vez con la Albirroja
Preguntada sobre su salto al seleccionado nacional, la atleta confesó que fue “raro” ya que nunca había sido llamada a las selecciones bases de Albirroja sin embargo su primera convocatoria fue para la mayor.
“Tenía 16 años y llegué siendo la más chica con otra compañera de mi edad. Me llamaron para los Juegos Odesur 2010 de Medellín donde conocí la élite del handball sudamericano, fue mi primer sueño cumplido”, recordó. “Fui profundamente feliz en aquel viaje, compartí selección con las chicas que de niña veía jugar en la televisión y además en los equipos rivales estaban todos los ídolos del momento”.
“Quince días después de volver de Colombia sí me convocaron para jugar con la Sub 18, para participar en un Panamericano, ya con más experiencia y más minutos”, señaló Yaryes.
A Brasil y a Europa
“Desde el 2008 hasta el 2013 estuve en San José luego fui transferida al Osasco brasileño de São Paulo, de ahí pasé a otro equipo de la ciudad, el Itapevi. Vivir en el extranjero me enseñó mucho y me ayudó a madurar. Mientras estuve allá aproveché para estudiar en la Facultad”, expresó sobre su experiencia como jugadora internacional en el vecino país.
“Luego hubo un problema entre el Itapevi y la intendencia de la ciudad y por ese motivo decidí volver a Paraguay. Jugué en Cerro pero gracias a la selección gané visibilidad y me salió la posibilidad de ir al Estense Ferrara de Italia, donde jugué esta última temporada. Ahora estoy de vacaciones y aprovecho para entrenar con la selección y mantenerme en forma”, contó la entrevistada y agregó que aún no decidió si seguirá en el exterior o retornará al país.
El balonmano y el estado
“Prefiero el término handball pero cuando viajas en otros países le llaman diferente, depende de donde estás ubicado geográficamente. En Venezuela, Colombia o España es balonmano”, manifestó sobre las diferentes nombre del deporte.
Acerca de si reciben apoyo del estado, Yayes apuntó que salvo cuando integró la preselección de Beach Handball, donde las propias jugadores tuvieron que juntar los fondos para poder asistir al Panamericano y luego de clasificar también para el mundial, nunca le faltó apoyo para viajar a competir. “Eso sí hay algunos detalles como que teníamos que comprar nuestras propias camisetas o nuestros buso. Pero dentro de lo que se puede se cumplió, pese a no ser fútbol”.
Ante el pedido de explayarse sobre el tema, la compatriota manifestó que el presupuesto destinado a handball “ya no es suficiente. Se consiguen mayores participaciones en panamericanos, clasificaciones a Mundiales y no se llega a cubrir todas las necesidades por lo que las jugadoras se ven obligados a juntar como sea”, se lamentó la internacional golera.
A las jóvenes deportistas
La multicampeona nacional y medallista con la selección finalizó su charla con un mensaje para las compatriotas que se inician en los deportes. “Remen y sacrifíquense pero sin olvidarse del estudio. Si tienen la oportunidad salgan afuera y vayan a buscar nuevos horizontes pero nunca dejen de lado sus estudios, porque la vida del deportista es corta y después necesitamos vivir de algo”, compartió la arquera.
“Mi familia me apoyó dándome la libertad de no trabajar cuando me alcanzaba el día con las clases y las prácticas. Inclusive pueden utilizar el deporte como herramienta para abrir puertas para el estudio, con becas o alianzas universitarias”, apuntó la entrevistada.
“Con eso no me refiero solo a una clásica carrera Universitaria, puede ser Educación Física también pero que estudien, que no se quedan solo con ser deportistas. Mi facultad me lo permitió por el horario pero también mi familia cumplió un papel fundamental, gracias a eso me recibí sin dejar de jugar. Es una etapa que hay que aprovechar, todo se puede si se encuentra el equilibrio”, cerró diciendo Yaryes.