"Hay una injusticia que puede ser consumada contra la igualdad en las competiciones y que hemos visto en los últimos meses, como el debate con algunos casos en las Olimpiadas y también antes", explicó en rueda de prensa Eugenia Maria Roccella, ministra de Igualdad y Familia anfitriona tras la cumbre, celebrada en Matera (sur).
Roccella aludía, sin citarlo, al caso de la boxeadora argelina Imane Khelif, que irritó al Gobierno de la ultraderechista Giorgia Meloni al derrotar en las Olimpiadas de París de este verano a la púgil italiana Angela Carini.
En la declaración del G7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) se comprometen "a garantizar la igualdad de oportunidades para mujeres y niñas en las actividades deportivas en todos los ámbitos, desde el acceso al entrenamiento, la competición, la remuneración y los premios".
Y agregan: "Reconocemos la importancia de las competiciones deportivas para todas las mujeres y niñas basadas en estándares compartidos, transparentes, relevantes, científicos y basados en evidencias, gobernados de manera independiente por instituciones deportivas, con el fin de evitar la discriminación y promover la igualdad de género".
La ministra conservadora explicó que este pasaje es el "más innovador" del texto y se ha hecho necesario ante la necesidad de "poner atención en la igualdad en el deporte y en las competiciones con personas trans o con características sexuales inciertas", dijo.
Además, se ha abordado la cuestión de cara a la publicación de un informe sobre esta cuestión, entre otras, de la relatora especial de Naciones Unidas sobre la violencia contra las mujeres y las niñas, el próximo 8 de octubre.