La Fiscalía de París confirmó este miércoles que Burrows formalizó el domingo esa denuncia ante la policía y que se ha abierto un procedimiento por amenazas de muerte, un delito castigado en Francia con hasta tres años de cárcel y 45.000 euros de multa.
La investigación también se refiere a los delitos de incitación pública a cometer ataques a personas (con penas de hasta cinco años de prisión y 45.000 euros de multa) y cíberacoso (dos años de cárcel y 30.000 euros de multa).
Detrás de todo está la controversia sobre Khelif, quien el martes se clasificó para disputar el viernes la final olímpica de hasta 66 kilos frente a la china Liu Yang.
La argelina ha sido objeto de una campaña contra su participación en los Juegos por parte de la Asociación Internacional de Boxeo (IBA) -organismo inhabilitado por el COI por sus irregularidades-, que le había impedido competir en los campeonatos del mundo de 2023 con el argumento de que no había superado las pruebas de género.
Según la IBA, Khelif tiene cromosomas XY (como los hombres), y no XX, y niveles de testosterona más altos de lo normal en las mujeres. El COI, que ha desautorizado a ese organismo, le permite competir en la categoría femenina insistiendo en que desde que nació fue registrada como de género femenino, que así consta en su pasaporte y que no está justificado que niegue ese principio.
Además, el ente olímpico ha tachado los exámenes de género de la IBA de aleatorios e injustificados.
La polémica sobre su caso se reabrió durante los Juegos Olímpicos de París cuando ganó su primer combate por la retirada prematura de la italiana Angela Carini, una acción que recibió el apoyo público de la primera ministra de su país, Giorgia Meloni, que dijo que esa confrontación no se hizo en igualdad de condiciones.
"Creo que los atletas que tienen características genéticas masculinas no deberían ser admitidos en las competiciones femeninas", afirmó Meloni, lo que ha relanzado un polémico debate público que han alimentado, en particular algunas personalidades de ultraderecha.
Esa controversia ha dado lugar, en paralelo, a una oleada de declaraciones de transfobia en línea.