“Es un orgullo inmenso pensar que ella salió de aquí y la vi cuando era pequeña, es una emoción gigantesca”, dijo Monica Barroso dos Anjos, de 52 años, primera entrenadora de Rebeca Andrade en el gimnasio Bonifácio Cardoso, en Guarulhos.
La campeona olímpica aterrizó allí con cuatro años gracias a su tía Cida, que trabajaba en la cocina del lugar, sede de un proyecto social y deportivo de la alcaldía de Guarulhos. Su asistencia a los entrenamientos llegó a estar en riesgo por falta de dinero.
Pero al ver su habilidad, sus hermanos mayores se ofrecían a acompañarla durante una caminata de dos horas.
Carrera en riesgo por falta de dinero
“La demanda (por clases) está muy alta. Así como los varones van atrás del fútbol, hoy las niñas buscan la gimnasia artística”, cuenta Anjos, en medio de la euforia que la victoria de la brasileña en la final de suelo suscitó entre las estudiantes del recinto deportivo.
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En el lugar se exhiben numerosos trofeos y fotos de Andrade. Y su rostro decora un colorido mural en la pared, que inspira a las miles de niñas y adolescentes formadas en las instalaciones. “Es una alegría y una oportunidad muy importante saber que ella empezó aquí donde estoy ahora, y con la misma técnica. Es muy inspirador”, dijo la gimnasta Lara Santana, de 12 años.
Entre las niñas, sus padres y los profesores, el entusiasmo era generalizado tras el triunfo de la atleta de 25 años, que venció en la prueba de suelo a la estadounidense Simone Biles.
Con el oro, Andrade elevó a cuatro su botín de medallas en París-2024 y dejó en seis su balance total, tres años después de haber abierto el camino en Tokio-2020 con las dos primeras preseas para una mujer gimnasta de su país.
La hija de Wiliam Santos Pereira, de 48 años, entrena en el gimnasio y no esconde el entusiasmo de ir tras los pasos de su ídola.
Explota el número de inscripciones
“Con mucha emoción, (mi hija Débora) le responde a sus vecinos: sí, yo entreno en el mismo lugar que ella (Rebeca)” , afirma Pereira. “Hace unos seis o siete años no imaginábamos que una gimnasta brasileña estaría en lo alto del podio, y hoy es una gimnasta de Guarulhos la atleta más premiada de Brasil, incluyendo hombres y mujeres”, celebra Anjos.
El éxito de Andrade hizo explotar las inscripciones en el centro de entrenamientos a principios de este mes, cuando ya habían empezado los Juegos Olímpicos.
“No imaginaba que la fila iba a dar vuelta a la manzana, la demanda fue muy grande”, cuenta Anjos. “Eso es bueno para nuestro deporte. Cuantas más niñas se acerquen a este deporte, más Rebecas podemos encontrar”, sostiene.