Duplantis, hijo de una jugadora de voleibol sueca, Helena, que además le ayuda en la preparación física, y de un pertiguista estadounidense, Greg, que ahora es su entrenador, es un portento físico.
Empezó a saltar con solo tres años y en su juventud, en los diversos campeonatos universitarios en los que fue participando cuando vivía en Luisiana, ya se vio que destacaba entre todos los participantes, algo que le abrió muy pronto las puertas del profesionalismo.
En 2018, en los Europeos de Berlín, empezó su reinado, que seis años después se mantiene con una colección impresionante de títulos: un oro olímpico en Tokio 2020, dos Mundiales (2022 y 2023) al aire libre y dos en pista cubierta (2022 y 2024), tres Europeos al aire libre (2018, 2022 y 2024) y uno bajo techo (2021).
Es el mejor saltador con pértiga de la historia y, aparte de sus medallas, sus marcas lo acreditan. Es plusmarquista mundial con 6,24 metros, una distancia que hace años parecía impensable para cualquiera y que, a día de hoy, se ve muy lejana para sus rivales. La prueba es que de los treinta restantes competidores en París solo cinco han alcanzado los seis metros, siendo el mejor el estadounidense Sam Kendricks con 6,06.
Su último gran hito fue el nuevo récord del mundo que instauró en la Liga de Diamante de Xiamen (China) en abril con 6,24 metros. La incógnita es si en París, con el oro asegurado, intentará batir esa marca jaleado por el público, como más le gusta.