El pasado 12 de abril, Yulimar Rojas, plusmarquista mundial con 15,74 metros, anunció que entrenando, a la recepción de un salto, tuvo un dolor intenso que se tradujo en una lesión en el tendón de Aquiles izquierdo. Adiós a los Juegos Olímpicos de París, el gran objetivo de la temporada, algo para lo que había renunciado incluso al Mundial de pista cubierta de Glasgow en marzo.
Con su lesión, el trono olímpico de Yulimar, que cuando compite generalmente no tiene rival, queda vacante para pasar a la historia olímpica del certamen de París 2024. Su ausencia abre un abanico de posibilidades entre varias saltadoras.
Maryna Bej-Romanchuk lleva un tiempo viviendo a la sombra de Yulimar. En Qatar 2019 y Budapest 2023 fue subcampeona del mundo al aire libre y en 2022, en Belgrado, de pista cubierta. Su mejor marca personal son 15,02 y esta temporada ha saltado hasta los 14,81.
Leyanis Pérez, a sus 22 años, es un prodigio de atleta cubana y llega a París como subcampeona del mundo de pista cubierta y segunda del ránking mundial de este 2024 gracias a los 15,22 metros que saltó el pasado 23 de junio en la localidad española de Guadalajara, en las pistas Fuente de la Niña, precisamente dónde entrena Yulimar a las órdenes de Iván Pedroso.
La ganadora de ese Mundial de pista cubierta en Glasgow fue la dominica Thea Lafond, número uno del ránking internacional y con una marca de 15,01 , precisamente en la capital escocesa.
Shaniecka Ricketts también ha superado la barrera de los 15 metros. En concreto 15,03, en la Clásica Prefontaine de Eugene (Estados Unidos) en septiembre de 2023. Esta temporada, al aire libre, su mejor marca han sido 14,67 en Mónaco.
Otra aspirante a la corona olímpica, y que quiere mejorar ese bronce de Tokio 2020, es la española Ana Peleteiro, que ha llegado a París dispuesta a redondear una temporada de ensueño que comenzó con un bronce en los Mundiales de pista cubierta de Glasgow y un oro en los Europeos de Roma.
Peleteiro regresó hace un año tras la maternidad de forma triunfal y sus resultados van en ascenso. En los últimos Europeos de Roma se proclamó campeona continental con un salto de 14,85 metros, a solo dos centímetros de su marca personal, los 14,87 que le valieron el bronce en Tokio hace tres años.