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En los Juegos Olímpicos, a pocos segundos de iniciar su combate debut, la boxeadora italiana Angela Carini decidió retirarse entre lágrimas. Su retirada vuelve a encender el debate sobre deportistas con genes masculinos y el tratamiento de reducción de testosterona.
Angela Carini optó por no continuar el combate contra la boxeadora argelina Imane Khelif. La decisión de abandonar se produjo a los 46 segundos del combate, tras recibir un par de golpes contundentes. “Me dolió muchísimo”, comentó Carini a medios italianos de cobertura en París. Los jueces validaron su decisión con un veredicto oficial. La boxeadora italiana se arrodilló en el ring y lloró desconsoladamente.
“No estoy de acuerdo con la decisión del COI de permitir que el atleta argelino Imane Khelif compita en el torneo de boxeo de los Juegos Olímpicos de París. La competición no parece justa”, expresó la Primera Ministra Giorgia Meloni, quien asistió a la Casa Italia en París para presenciar la competición olímpica.
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Así empezó la polémica
Hace un año, la boxeadora Khelif fue excluida de la fase final de la Copa del Mundo de Boxeo por no superar una prueba hormonal, debido a la presencia altos niveles de testosterona en su cuerpo. Sin embargo, en estos Juegos Olímpicos, para el Comité Olímpico Internacional (COI), el nivel de testosterona de Khelif se encuentra dentro de los parámetros femeninos. Por lo tanto, la atleta tiene derecho a participar como mujer, al haber superado las pruebas de elegibilidad de género.
“Solo puedo cumplir las reglas de los Juegos Olímpicos y mañana en el ring lo daré todo”, había afirmado Carini antes de su combate de debut olímpico. El presidente de la Federación Italiana de Boxeo, Flavio D’Ambrosi, expresó su conformidad con el proceso legal: “Confiamos en el Coni, esperamos la respuesta del COI”.
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Reacciones de altos funcionarios
La situación generó controversia entre políticos italianos. El viceprimer ministro Salvini y el ministro Rocella también han polemizado sobre el caso. Las reacciones se han multiplicado, reflejando una preocupación generalizada por la equidad en las competiciones deportivas.
El caso de Angela Carini e Imane Khelif puede tener implicaciones significativas en el futuro del deporte olímpico y en las normas de participación de atletas intersexuales o transgénero. La industria deportiva se encuentra en una encrucijada, buscando el equilibrio entre la inclusión y la justicia deportiva.