El español tendrá ante sí a un viejo conocido, una eterna promesa que no acaba de dar el salto de ganar torneos importantes y al que ya barrió de la pista hace unas semanas en el mismo escenario, en octavos de final de Roland Garros.
El canadiense se mostró sólido desde el fondo de la pista y apenas cometió errores, lo que le permitieron apuntarse el primer set tras arrebatar el servicio del noruego en séptimo juego, en un duelo marcado por la igualdad.
El jugador, de 23 años y actual número 19 del ránking mundial, está llevando la bandera de su país a alturas que nunca antes había conocido el torneo olímpico.
Tras derrotar en octavos al ruso Daniil Medvedev, favorito número 3, se convirtió en el primer canadiense en cuartos y ahora ha dado un paso más dando cuenta del número 6, al que parece tener tomada la medida, porque ya le venció en el pasado torneo de Madrid.
Entonces, Auger-Aliassime acabó llegando a su primera final de un Masters 1.000 tras beneficiarse de hasta tres retiradas, aunque no pudo con el ruso Andrey Rublev, que le venció pese a estar visiblemente enfermo.
El canadiense le puso garra para derrotar a uno de los jugadores más fiables sobre tierra batida que hay en el circuito, dos veces finalista de Roland Garros, semifinalista este año y ganador de los torneos de Barcelona y Ginebra.
Auger-Aliassime se mostró sólido desde el fondo de la pista y apenas cometió errores, lo que le permitieron apuntarse el primer set tras arrebatar el servicio del noruego en séptimo juego, en un duelo marcado por la igualdad.
El mazazo pareció afectar al exnúmero 2 del mundo, que volvió a ceder su servicio de entrada, pero Ruud se aferró al partido, recuperó la desventaja en el sexto y superó las acometidas de Auger-Aliassime en el noveno, cuando el canadiense dispuso de hasta cuatro pelotas para colocarse 5-4 y servicio.
Abocados a un juego de desempate, el número 19 del mundo volvió a llevar la iniciativa y tuvo una bola para cerrar el partido, pero dejó con vida al metódico noruego, que con garra logró forzar el tercer set.
Pero de nuevo fallo de entrada, cedió su saque a las primeras de cambio y se topó con un Auger-Aliassime que no bajó los brazos en ningún momento para meterse en la lucha por las medallas.
Será el séptimo duelo entre Auger-Aliassime y Alcaraz, que se han repartido las victorias, aunque el español ha ganado los tres últimos duelos.
Ganar a Auger-Aliassime ha sido, hasta ahora, sinónimo de triunfo para el español, que se impuso en las dos últimas ediciones de Indian Wells y en Roland Garros tras haber cruzado su raqueta con el canadiense.
En París, el mismo escenario en el que ambos buscarán un puesto en la final olímpica, Alcaraz no le dio ninguna opción el pasado 2 de junio, con un triunfo por 6-3, 6-3 y 6-1 camino de su primer triunfo en el Grand Slam de tierra batida.
Considerado durante años como el niño prodigio del tenis, el canadiense nacido a las afueras de Qebec, que juega al tenis en al academia de su hermano y admira a Rafa Nadal, en cuya escuela también ha entrenado, ha visto como la expectativas sobre su juego no han acabado de cuajar.
Auger-Aliassime, que tiene dos años más que el español, lo afrontó por vez primera en 2021 cuando este tenía 18 años, en cuartos de final del Abierto de Estados Unidos, a los que el murciano llegó tras un cuadro duro, que le obligó a disputar 17 sets. Perdió el primero e iba abajo en el segundo cuando sus aductores le fallaron y abandonó.
Al año siguiente, nada más ganar el Abierto de Estados Unidos y convertirse en el más joven número 1 de la historia, Alcaraz tomó un avión con destino a Valencia para jugar la Copa Davis contra Canadá. El agotamiento le impidió rivalizar contra el número 1 canadiense.
Ese mismo año, sus raquetas volvieron a cruzarse en las semifinales de Basilea, de nuevo con victoria de Auger-Aliassime, que en su mejor temporada acabó levantando en Suiza su cuarto torneo del año.
Pero desde entonces, Alcaraz ha dado un enorme salto de calidad en su juego, con cuatro Grand Slam en su palmarés.