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Los kenianos se destacaron en ambas pruebas, copando casi en su totalidad los podios femenino y masculino.
Reline Amanang’ole, de 21 años, confirmó su calidad de favorita y retuvo con un tiempo de 49:54 minutos el título obtenido en 2022 en la 98ª edición de los 15 kilómetros de San Silvestre, con dominio de la prueba.
La bicampeona, sin embargo, no superó su marca anterior de 49:39 minutos.
Este domingo, le siguieron de lejos la segunda colocada, la también keniana Sheila Chelantag, que finalizó casi dos minutos después (51:35), y la etíope Wude Yimer (51:46).
El keniano Timothy Kiplagat cruzó la meta con una sonrisa amplia y con los brazos en alto, al frente de la élite masculina con una marca de 44:52 minutos.
Emmanuel Bor atravesó la línea a los 45:28 minutos, y Reuben Longosiwa completó en 45:44 el trío de ganadores kenianos.
Los africanos acumularon este domingo 16 triunfos consecutivos en la prueba femenina y 12 en la masculina.
Los bolivianos Jhoselyn Camargo Aliaga, que llegó cuarta, y Héctor Flores, quien se ubicó quinto, fueron los latinoamericanos mejor ubicados en las pruebas femenina y masculina.
Los atletas brasileños, que aspiraban a romper el largo dominio africano, no consiguieron ubicarse entre los primeros.
Entre las mujeres, Felismina Cavela, originaria de Angola y naturalizada brasileña, alcanzó la sexta posición, al igual que Johnatas de Oliveira Cruz, quien tuvo la misma colocación en su categoría.
Clima de fiesta
La San Silvestre largó a partir de las 07:25 locales (10H25 GMT) en la emblemática avenida Paulista, bajo el sol, con una temperatura de unos 24 ºC, por debajo de días anteriores. El viernes último fue la jornada más calurosa para un mes de diciembre en 25 años, con 34,9 °C.
Con camisetas celestes o con disfraces originales, los corredores formaron una marea por las calles y puntos turísticos de la ciudad, y finalizan en la Paulista frente al edificio de la Fundación Casper Líbero, organizadora del evento.
El paulista Adriano Cerqueira, coordinador de planeamiento financiero de 38 años, llegó hasta allí vestido de dinosaurio, un disfraz que usa por cuarta vez en una San Silvestre.
“Es una carrera para festejar, sin preocupaciones por el tiempo o el desempeño, disfrutando”, dijo a la AFP.
Jamilia Moreira da Silva, una nutricionista bahiana de 35 años radicada en São Paulo corrió por primera vez y ya piensa en volver.
“Fue una experiencia muy buena, en el trayecto hay una vibra especial, todo el mundo alienta”, contó.
La tradicional carrera se disputó por primera vez en 1924, con el nombre del santo que murió un 31 de diciembre, y desde entonces se celebró anualmente sin interrupciones, a excepción de 2020, por la pandemia.
Desafiado solo a divertirse, Helder Bastos, de 37 años, completó los 15 kilómetros en chancletas y vestido con un pijama con estampa de Bob Esponja.
“La San Silvestre es diferente de cualquier carrera: las personas se disfrazan, van interactuando y todo da una energía especial”, comenta, con la medalla de su séptima experiencia al cuello.