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Es muy completo, comienza con una breve introducción de los autores, luego se habla del carácter de Korchnoi y ya se pasa a la biografía con partidas comentadas.
Con esta nota iniciamos un recorrido por la carrera de Korchnoi, basado en esta obra.
Una infancia muy difícil
Korchnoi aprendió a jugar a los seis años, sus padres, Zhenya y Lev estaban separados, vivía con su padre, que se ocupó de su educación con esmero, eran días tranquilos.
Todo cambió al llegar la Segunda Guerra Mundial y más aún cuando Alemania invadió la URSS. En 1941 los niños fueron enviados en trenes a lugares menos peligrosos que Leningrado. Cuando la madre de Viktor supo que esos trenes eran bombardeados viajó 300 km para alcanzar el tren y traer a su hijo de vuelta.
El padre de Viktor, el tío y su abuela murieron en esos años a causa de la guerra, Korchnoi guardaba cálidos recuerdos de su abuela Elena Alexeevna Korchnaya, vivió con ella desde que Viktor tenía dos años, ella se ocupaba de vestirlo hasta que Viktor pudo hacerlo por sí mismo, le hablaba en su lengua madre, el polaco.
Su abuela era la única de su círculo con la que no jugaba al ajedrez, “no luchaba contra mis caprichos, pero tampoco era indulgente”, ella se ocupaba de cocinar, el padre de Viktor sí luchaba contra los caprichos de su hijo en la mesa, que eran inaceptables en una casa y una economía pobre como la de ellos.
Después Viktor fue totalmente dependiente de Rosa Abramovna, la segunda esposa de su padre, con la que pasó a vivir. Rosa es recordada con cariño por su nieto, Igor Korchnoi, dijo que para él Rosa fue su abuela, y que para Viktor fue su madre.
Rosa venía de una familia pobre de los Urales, allí no tenía futuro, fue a Leningrado para prosperar, su primer trabajo en una fábrica fue un pesado trabajo físico.
Igor recordó que Rosa “tenía una fuerte ética de trabajo, una actitud positiva, y cerebro. Fue ascendiendo y pasó a tener un trabajo menos pesado, y empezó a estudiar en un instituto de ingeniería. Lo más importante es que Rosa conoció al padre de Viktor, Lev en la fábrica. Lev Korchnoi era el jefe de una sección de la fábrica. Era muy popular entre los trabajadores a su cargo porque hacía el mismo trabajo que ellos, combinándolo con funciones de dirección… Era encantador, muy honesto en sus acciones, positivo, amable e inteligente, lo que le daba una gran autoridad…”.
Rosa supo que Lev tenía un hijo de tres años, estaba en proceso de divorcio de su esposa que era inestable mentalmente. Tras un tiempo Rosa y Lev fueron pareja.
Fueron años terribles, en pleno sitio de Leningrado (1941 a 1944), Viktor pasó por penurias de todo tipo, sobrevivió y se fortaleció mentalmente.
Muchos años después Rosa fue a vivir a Beersheva, Israel, Viktor la visitaba con frecuencia, además de cuando iba a jugar los torneos organizados para él.
Viktor pagaba el apartamento donde vivía y, como necesitaba atención médica, a dos mujeres ruso-hablantes que la cuidaban.
Comienzos ajedrecísticos
Korchnoi asistió a tres materias en el Palacio de los Pioneros de Leningrado, piano, elocución y ajedrez, después de un tiempo abandonó piano, sin ningún problema, y elocución, con algo más de pesar, y se dedicó por completo al ajedrez.
Korchnoi jugaba en todos los torneos que podía. El primer torneo para niños en el que Viktor participó fue en diciembre de 1943, y luego ya no paró, con éxitos progresivos.
En 1945 fue muralista de la semifinal del Campeonato de la URSS que se jugó en Leningrado, buscaba libros baratos y de segunda mano (sus primeras adquisiciones fueron libros de Lasker y Tartakower) y jugaba en todas las simultáneas que podía.
Sus primeros maestros
Korchnoi contó que sus primeros profesores de ajedrez fueron los maestros Andrei Batuev y Abram Model, el campeón de Leningrado en 1944, quien había sido amigo e incluso entrenador de Mikhail Botvinnik, y al que venció tres veces entre 1926 y 1930.
En agosto de 1945 Vladímir Zak fue desmovilizado del Ejército y llegó para trabajar en la sección de ajedrez del Palacio de Pioneros. Hasta 1948 fue entrenador de Korchnoi.
Zak tenía un sentido especial para detectar talento ajedrecístico en niños que apenas sabían mover las piezas, Zak invitaba a grandes maestros a dar conferencias, Korchnoi recordó que algunas sesiones fueron de gran calidad, con Levenfish y Bondarevsky.
Zak también “descubrió” a Boris Spassky y le dio sus primeras lecciones. Cuando supo que la familia de Spassky estaba al borde de la indigencia, gracias a sus esfuerzos, a los 10 años Spassky comenzó a recibir una subvención del estado como deportista destacado, y Boris se convirtió en la persona que sustentaba a su familia.
Campeón juvenil de Leningrado y de la URSS
Korchnoi se consagró campeón juvenil de su ciudad al segundo intento, en 1946, y ese fue el primer año en que jugó el Campeonato Juvenil de la Unión Soviética. El torneo lo ganó Tigran Petrosian, mientras que Korchnoi tuvo un resultado muy malo.
El Campeonato Juvenil de la URSS de 1947 se jugó en Leningrado. Lo ganó Korchnoi, solo participó otro futuro Gran Maestro, el estoniano lvo Nei, segundo clasificado. Por su triunfo, Korchnoi recibió un regalo valioso, un excelente traje a medida.
Fue en esa época que Korchnoi empezó a mostrar “una tenacidad colosal en el juego defensivo”, según sus propias palabras y en 1948, “casi sin ninguna ayuda del exterior”, según Korchnoi, repitió el triunfo en el Campeonato Juvenil de la URSS jugado en Tallin, aunque compartido con Nei. Esa vez se jugaron dos semifinales clasificatorias. No obstante, esa frase de Korchnoi es rebatida en el libro, se señala que Korchnoi perdió la primera partida de la semifinal y le escribió a Zak diciéndole que no confiaba en sí mismo, “Zak le envió un telegrama combinando enojo y palabras de ánimo”, Korchnoi ganó el torneo y pasó a la final.
Una educación “no soviética”
Korchnoi comentó que su educación no fue genuinamente soviética, “La culpa fue de mis padres... y del ajedrez. A los 16 años, en 1947, realicé lo que básicamente eran mis primeras declaraciones políticas. En una clase de Historia de la URSS comenté que en 1939 la Unión Soviética ¡había apuñalado a Polonia por la espalda! Mi profesora de Historia pasó varios días en estado de pánico. Yo era su alumno favorito, y no quería delatarme. Ella era una de las profesoras preferidas de la clase…”
Entre los 26 alumnos de la clase podía haber un denunciante, pero nadie lo delató.
Korchnoi creció en una familia sin preferencias o prejuicios nacionalistas, a los 16 años obtuvo su primer pasaporte, para el cual había que registrar la nacionalidad del solicitante. Lo describió así: “Razoné que, como mi madre era judía, yo era judío en un 50%; los porcentajes por el lado de mi padre eran menos convincentes. Así que pedí que me registraran como judío. Cuando llegué a casa, mi madrastra judía se puso como una furia conmigo. Me gritó que era un completo idiota, se fue corriendo a la oficina de expedición del pasaporte y les convenció de que me registraran como ruso”.
En 1948 finalizó su ciclo escolar, Rosa lo impulsó a elegir una carrera universitaria, después tuvo claro que debía elegir idiomas. “Sin embargo, en mi niñez había leído mucho y con gran placer acerca de la vida en Grecia y Roma en la Antigüedad. Así que me matriculé en la Facultad de Historia de la Universidad de Leningrado…”. Pronto se desencantó, la Historia que se estudiaba era de tintes políticos casi exclusivamente.
Primer Campeonato de Leningrado
En 1949 jugó sus últimas competiciones a nivel juvenil. Su primera competición adulta fue el Campeonato de Leningrado de 1950, obtuvo 4½ puntos contra los maestros, derrotó al vencedor, Mark Taimanov, y terminó segundo, a medio punto.
Korchnoi tenía una constitución débil y poco atlética, “tenía que mejorar mi forma física”, y lo hizo, empezó a levantar pesas cada mañana.
Su orgullo le perjudicaba, le impedía aceptar las ayudas que le ofrecían. En 1950 le llegó, a través de intermediarios, una oferta de Alexander Tolush, “Dadme a Korchnoi y lo convertiré en Maestro”, dijo. La respuesta de Korchnoi fue: “Yo mismo me convertiré en Maestro”. Lo hizo, y bastante rápido. “Pero un par de años más tarde, Spassky comenzó a recibir clases de Tolush, y yo pude ver ante mis narices cómo progresaba. Entonces me di cuenta de cuánto había perdido por ser obstinado”.
En la semifinal del Campeonato de la URSS de Tula 1950 su resultado fue espantoso, empató en la primera ronda y empezó a perder partida tras partida, “¿Qué pasó? Cada día yo me iba a la partida con la determinación de vencer... o morir. Así me endurecí… Cada día, después de una derrota, llego a la partida con el objetivo de recuperarme. Vencer o morir”. Posteriormente siguió con el mismo espíritu, pero fue más pragmático.
Pronto recibió su insignia de Maestro Soviético del Deporte, se convirtió en un personaje conocido de Leningrado. En la esfera deportiva y cultural de la ciudad, conoció a gente influyente y, gracias a ellos, su vida fue más sencilla.
No obstante, no le gustaba explotar sus relaciones. En el verano de 1951 debía viajar a Odessa a un torneo, fue a la Estación Vitebsk a comprar el pasaje, y había cientos de personas haciendo cola. “La gente reservaba su plaza en la cola y después acudían y se registraban tres veces cada 24 horas: a las 8 de la tarde, a las 4 de la mañana y al mediodía. Me pasé tres días haciendo esto, hasta que llegó el día de mi viaje. Conseguí un billete, pero sin reserva de asiento. Dormí dos días en el suelo, bajo la litera inferior”.
Debut en el Campeonato Soviético
En su tercera participación de una semifinal del Campeonato de la URSS, (Minsk, junio de 1952), “ante la sorpresa de muchos, incluso de mí mismo”, se clasificó a la final.
Korchnoi se preparó a conciencia, para el torneo varió de repertorio, dejó la Defensa Holandesa e incorporó la Defensa Grünfeld; el 20º Campeonato de la URSS se celebró en Moscú, fue una dura prueba, jugó con campeones soviéticos y hasta con el campeón del mundo, Botvinnik, “pero me proporcionó numerosos recuerdos y una experiencia valiosísima… Al final quedé sexto, por delante de Smyslov, Bronstein, Keres y otros 10 destacados jugadores, ¡lo que supuso un enorme éxito para mí!”, comentó Korchnoi.
Korchnoi, Nimzovich y cuentos infantiles
Varios campeones, en especial Petrosian y Larsen hablan positivamente de la influencia de Nimzovich en su juego. Korchnoi también la nombra, aunque de modo diferente.
Viktor Korchnoi
Mikhail Botvinnik
20º Campeonato de la URSS Moscú (11), 15.12.1952
Korchnoi jugó 11.Ae3 y se preguntó: “¿Por qué no 11.Cd5 y ver qué pasa después?”. Explicó que había leído con gran entusiasmo las obras de Nimzovich, y entendió que era preferible cambiar Axd4 y seguir luego con Ce1-d3, bloqueando al peón libre, lo hizo y “... me desbordó completamente sin que yo llegara a comprender el sentido de sus jugadas. Tuvieron que pasar ocho años antes de que yo pudiera captar la sutileza de sus ideas posicionales”, comentó Korchnoi. Quedó perdido, pero gracias al apuro de tiempo logró empatar ante el campeón del mundo y luego ganador del torneo.
Su conclusión fue: “Los niños no deberían leer por las noches historias de miedo ¡ni a Nimzovich!”. Aquí puede verse la partida:
Veamos su victoria ante Vassily Smyslov en su primer Campeonato de la URSS.
GM Zenón Franco Ocampos
Ponteareas, 1 de noviembre de 2023