“Yo sé que Bastien va a hablar con su corazón, va a decir su verdad, estoy seguro”, declaró Macron, en una conversación captada por los micrófonos de RMC mientras visitaba a la selección francesa antes de su debut el 8 de septiembre.
Chalureau, de 31 años y 2,02 de estatura, fue convocado in extremis por la lesión de Paul Willemse, pero rápidamente se formó un revuelo debido a su condena -en primera instancia y por lo tanto no en firme- por racismo, que se remonta a una riña en la que intervino en el centro de Toulouse en enero de 2020.
“No es bueno hacer comentarios de un proceso que está en marcha”, abundó Macron, en alusión a que el segunda línea del Montpellier ha recurrido la sentencia que le condena por racismo. El Tribunal, no obstante, todavía no se ha pronunciado al respecto.
Chalureau ha reconocido haber intervenido en una pelea, pero no haber proferido insultos racistas.
Tanto el seleccionador que le convocó, Fabien Galthié, como el director general de World Rugby, Alan Gilpin, han reprobado cualquier tipo de actitud racista, pero han puntualizado que existe la presunción de inocencia y que el caso está aún juzgándose.
La ministra de Deportes de Francia, Amélie Oudéa-Castéra, se ha pronunciado en la misma línea.
Sin embargo, dos diputados del partido opositor la Francia Insumisa (LFI, izquierda) han solicitado al Gobierno que intermedie para que se excluya a Chalureau por “no ser lo más pertinente”, teniendo en cuenta que ya ha habido una condena contra el segunda línea por racismo.